Madrid

EL próximo sábado, 8 de junio, Magdalena, la tercera hija de los reyes Carlos Gustavo y Silvia de Suecia, se casa con Chris O'Neill. Su camino hacia el altar cierra el círculo del cuento de hadas de una de las princesas más bellas de la realeza europea. Su sonrisa radiante, sus ojos tremendamente azules y su cabello rubio han copado las portadas de todo el mundo en cada una de sus apariciones públicas.

A pesar de su juventud, 30 años, la madurez de hoy nos devuelve una imagen con el pelo oscurecido, más serena, recompuesta después de aquel día en el que el desamor resquebrajó su sonrisa y que ahora luce radiante, llena de felicidad y compromiso tras el anuncio de su enlace con el financiero estadounidense Chris O'Neill, con el que mantiene una relación desde hace dos años. La pareja se conoció en Nueva York, donde la princesa se instaló, hace tres años, después de anular su compromiso con el abogado sueco Jonas Bergström, con quien mantenía una relación desde 2002, después de que la prensa revelara algunas infidelidades del joven. Fue entonces cuando Magdalena se fue a la Gran Manzana, donde se hace cargo de varios organizaciones relacionadas con la infancia.

Lucía Cordeiro, directora ejecutiva de ACME (Asociación de Creadores de Moda de España), señala que su nueva imagen "delata" la influencia de su vida en Nueva York. "Su pelo castaño marca una imagen claramente de clase alta neoyorquina", muy diferenciada del resto y muy acorde con su nuevo "estatus", añade. Dueña de un estilo impecable, en los actos oficiales opta por vestidos que realzan su figura y en los que el escote palabra de honor es el más recurrente y favorecedor en el que destacan la armonía entre sus hombros y su cuello. Su presencia en la gala de los Nobel ha sido siempre muy esperada y las comparaciones con su hermana Victoria eran inevitables.

Si el día de su enlace decide recoger su cabello en un moño será una las pocas ocasiones en las se pueda ver a la princesa con este peinado, pues prefiere lucir su melena suelta o con un pequeño tocado. Los colores pastel son sus favoritos sobre gasas, brocados y encajes, tonos que en alguna ocasión también surcan la intensidad del rojo. Una imagen clásica y con glamour que no le abandona cuando, de manera informal, viste unos tejanos y una cazadora por las calles de Nueva York. Con diadema, tiara o sin ninguna de las joyas pertenecientes a la Casa Real sueca, la princesa luce un look joven y muy actual en el que no hay lugar a las estridencias. Cordeiro apunta a que su imagen "ha ganado en naturalidad", a pesar de que su estilo es clásico aunque muy "atractivo".

Magdalena es una de las mujeres más admiradas por sus compatriotas hasta el punto de haber liderado hace unos años una encuesta en la que consideraban que era la "mujer con mejor cuerpo de Suecia". Sus fotografías en biquini en las playas de Miami o la Costa Azul tienen mucho que ver. Como siempre, uno de los secretos mejor guardados es el vestido de novia, aunque muchos apuestan por un diseño de Valentino. La imagen de la princesa recorriendo el camino hacia el altar de la capilla del palacio real cumplirá uno de sus sueños. Una imagen que tendrá muy presente su hermano Carlos Felipe que, poco a poco, ha ido venciendo las reticencias de los suecos y de palacio hacia su pareja, Sophia Hellqvist, una exactriz de películas porno que será dama de honor de la princesa y que cada vez está más presente en los actos de la familia real.