PARÍS. Al final sí llegaron hombrecitos verdes al pueblo francés de Bugarach, donde se esperaba un fenómeno extraterrestre para el supuesto "fin del mundo" de los mayas: personas con la cara pintada o vestidas con papel alumnio y antenitas en la cabeza se tomaron a broma la supuesta profecía.
En Bugarach, una pequeña población de 200 habitantes situada en las estribaciones de los Pirineos franceses, hubo humor para celebrar el fin de un ciclo en el calendario maya, que estuvo lejos de ser el día del apocalipsis profetizado por los esotéricos.
Desde hace años circula la teoría de que desde el Pico de Bugarach, una montaña de 1.230 metros de altura, emergerían seres extraterrestres el día del fin del mundo, señalado como el 21 de diciembre en coincidencia con el cierre de era maya.
Así que un grupo de mujeres jóvenes salió a la calle con la cara pintada, un hombre se enfundó un disfraz verde y otros dos pusieron una especie de traje de astronauta hecho con papel de aluminio, y juntos brindaron por la nueva era con botellas verdes de cerveza.
El paso hacia la famosa montaña está prohibido, ya que se la considera peligrosa por sus numerosas cuevas. Además, desde el sábado se impusieron restricciones de entrada al propio pueblo Bugarach.
Unos 100 policías patrullan desde hace días la zona para evitar una llegada masiva de curiosos y esotéricos.