se le ilumina la cara cuando nombra a sus sobrinos -Iñigo, de 2 años y medio, y Kattalin, de apenas cuatro meses- . Las largas temporadas que pasa fuera de casa le permiten pocos momentos para disfrutar de su familia. "Casi no me da tiempo a estar en casa", reconoció la flamante campeona mundial de bodyboard ayer en la Azoka de Durango tras unos días de descanso en los que ha podido desconectar y asimilar el triunfo.

Todavía recuerda que le pareció increíble que mucha gente fuera el 28 de noviembre a recibirle "a las 11 de la noche" al aeropuerto de Loiu y desde entonces las felicitaciones no han cesado. "Cuando venía, se me han quedado mirando unos chavales y me han dicho: ¿Tú eres...? Que sepas que me caes muy bien", apuntó la deportista, que comenzará la defensa del título el próximo 16 de febrero en las playas de Hawai.

En su primera visita a la Azoka de Durango -"me parece un planazo pero como viajo tanto cuando estoy en casa me gusta estar con aita y ama"-, la vizcaina se quiso llevar un "trocito" de la cultura euskaldun para sus estancias lejos de Euskadi. "Quiero algo de Mikel Laboa. Me gusta escuchar canciones de casa y en euskera porque siempre estoy hablando en otros idiomas", confesó Aguirre, que se lanzó a la búsqueda de un título de Toti Martínez de Lezea pero no lo encontró. "Un libro es un gran compañero de viaje. Te sumerges en él y desconectas", señaló la bodyboarder, que en los últimos meses ha incluido "una guitarra" como complemento del equipaje. "Estoy aprendiendo y me encanta".

Como vasca de pro presume de que en sus largos viajes farda mucho de Euskadi. "Para muchos esto es España y se imaginan los toros. Y yo tengo que decirles que aquí tenemos otro idioma, el euskera, otra historia y hablo mucho de nuestra gastronomía. En cierta manera, les culturizo un poco", contó divertida.

Entre entrenamientos y competiciones, además del calor familiar también echa de menos la comida, esa de la que saca pecho allá por donde va. "Hay días que sí me apetece ponerme a preparar algo y como estamos casi como en una familia hay veces que se hacen platos típicos de un país. Las brasileñas son las que más se animan mientras que las australianas cocinan poco", comentó Aguirre, que le echó el ojo al libro Las recetas favoritas de Martín Berasategui. "Tienen buena pinta aunque no tengo muchas posibilidades de elaborarlas", agregó.

Los más pequeños de la familia volvieron a sacarle una sonrisa a Eunate cuando se acordaba de ellos entre los centenares de visitantes que ayer recibió la Azoka. Abriéndose camino hacia la primera fila de los stands, la deportista hojeaba los títulos en busca del más adecuado para el mayor, ya que Kattalin todavía es demasiado pequeña. Y son ellos precisamente los que más disfrutan de la Navidad, con Olentzero repartiendo regalos. "Aún no he visto la película", matizó la deportista, quien se interesó por el libro Olentzero eta Subilaren lapurreta con el que revivirá la magia junto a Iñigo.

Recordando su infancia donde Pirritx, Porrotx eta Marimots marcaron una época, quiso que Iñigo siguiera la tradición decantándose por el disco Piratak, repleto de conocidas canciones. Además, añadió Txomiren ohiturak, de Liesbet Slegers, un libro educativo para que aprendiese situaciones de la vida cotidiana. "Está en la edad y le encantará", auguró.

Pero no solo sus sobrinos iban a ser destinatarios de los regalos, también se quiso dar un premio a ella misma. "He estado en un montón de lugares del mundo pero de Euskadi me quedan muchos por ver", subrayó Eunate. Reconocida enamorada del mar, la montaña se abre un hueco entre sus aficiones y por ello eligió Montañas de Euskadi. 60 rutas. Ahora tiene unos meses para disfrutar de su familia y su tierra antes de regresar a los entrenamientos y sumergirse en un mar de competiciones.