Un grupo de científicos australianos está a punto de acabar con las borracheras, el botellón y todos los efectos directos y colaterales del consumo excesivo de alcohol. La sobriedad podría imperar en breve en bares, calles de poteo, pubs, discotecas y zonas de marcha gracias a una simple pastilla. Y es que un equipo de investigadores de la Universidad de Adelaida (Australia), encabezado por el doctor Mark Hutchinson, ha diseñado la que ya se conoce como la pastilla antibotellón, una píldora que no sólo frena los efectos negativos del alcohol sobre el comportamiento de una persona, sino que también es capaz de aplacar el deseo de beber. Se trata de una pastilla que, aunque aún debe ser probada en humanos, podría beneficiar a los bebedores compulsivos y a los alcohólicos.
La clave de este crucial descubrimiento de la ciencia radica en la constatación de que el alcohol afecta a la respuesta inmune del cerebro, es decir, que la respuesta al alcohol es neuronal e inmunológica. En un principio los investigadores se plantearon que si ya existe un medicamento que ayuda a dejar de fumar, ¿por qué no buscar algo parecido para dejar de beber? Tan solo tenían que encontrar la forma de actuar sobre las células nerviosas del cerebro relacionadas con la respuesta al alcohol.
Así, para evitar los efectos negativos del alcohol, los científicos han trabajado en lograr el bloqueo de una parte concreta del sistema inmunológico. La pastilla que apaga la respuesta inmune al alcohol ya ha sido probada en ratones y los resultados -dicen sus creadores- han sido muy positivos. Los roedores no solo dejaban de sentir los efectos del alcohol sino que perdían el deseo de beber cuando se les administraban dosis del fármaco.
Los ensayos demuestran que la pastilla, que ahora podría empezar a probarse en seres humanos, es capaz de reducir los efectos del alcohol sobre el organismo en un 90 por ciento. Según el estudio publicado en la revista British Journal of Pharmacology, saber qué receptores son responsables de la respuesta inmune ante el consumo de alcohol y que, por lo tanto, reaccionan con la pastilla antibotellón, ayudará también a detectar qué personas sufren mayor riesgo de desarrollar daño cerebral a causa de la bebida. Además, durante las pruebas de laboratorio, la píldora consiguió mejorar los reflejos de los ratones y los animales a los que se suministró tanto alcohol como la nueva pastilla no mostraron signos de embriaguez.
buena y barata Fuentes de la Universidad de Adelaida han asegurado que la fabricación de la pastilla "apenas cuesta 20 peniques" (unos 30 céntimos de euro), tal como recoge el Daily Mail, lo cual supondría un avance sin precedentes en la lucha contra el alcoholismo.
Es evidente que los potenciales beneficiarios de la pastilla para estar sobrio se cuentan por millones en todo el mundo. Según los datos aportados por el equipo investigador, se calcula que la píldora podría ayudar a más de 76 millones de personas que actualmente tienen problemas de salud por un consumo excesivo de alcohol. Tan solo en el Estado español se estima que las enfermedades derivadas o relacionadas con la bebida causan más de 13.000 muertes al año.
Una de las aplicaciones más positivas de la pastilla antibotellón podría ser su aplicación en los cientos de miles de jóvenes que cada año se inician en el consumo de alcohol a edades más tempranas. El medicamento evitaría, por un lado, las borracheras y la pérdida de control que sufren estos jóvenes tras beber excesivamente, pero también podría servir para erradicar su deseo de beber, con lo que se evitarían futuros consumos abusivos.
La última encuesta sobre el uso de drogas indica que seis de cada diez jóvenes de entre 14 y 18 años reconoce haberse emborrachado y muchos admiten que ingieren grandes cantidades de alcohol en poco tiempo. En breve lo más recomendable será tomarse una pastilla anti antes de salir de marcha.