bilbao. Tiene el don de quitar barba a la cocina, por mucho que luzca una entrecana que no le envejece. Mikel López Iturriaga (Bilbao, 1967) triunfa en ese mundo de internet con un blog, El Comidista, donde el encanto radica en aligerar las minuciosas recetas con un lenguaje directo y un enfoque de la gastronomía que siempre sorprende. En Las recetas de El Comidista todo fluye.

¿Teme que, como ocurre con el gremio de los magos, los cocineros le esperen a la salida para pedirle cuentas por desvelar sus secretos?

Ja, ja, ja. No creo que eso de guardar las recetas bajo siete llaves es algo antiguo, propio de la vieja escuela. Hoy los cocineros, intuyo, están deseosos de compartir sus éxitos.

¿Y les hará gracia su visión desenfadada de su mundo tan serio?

No conozco al gremio con tanta profundidad, pero imagino que a unos les hará más gracia que a otros. En cualquier caso, debieran agradecer que se hable de su oficio.

¿Oficio ha dicho? Creía que la cocina era un arte...

A demasiada gente se le llena la boca diciendo eso. Yo creo que es ir demasiado allá. Es verdad que la gastronomía está marcada por nuestras raíces, por nuestra cultura. Pero creo que el ejercicio de cocinar corresponde más a una artesanía que al arte. Y eso no es quitar valor a lo que se hace. En absoluto.

¡Le van a crucificar!

No, no. Es solo una apreciación mía basada en lo que he oído a los grandes de la cocina. El peligro no son ellos, sino los imitadores.

¿De verdad ha probado todo lo que publica?

Absolutamente todo.

¡Rápido, un digestivo!

No es necesario. Como en todo, la medida es lo que convierte las buenas cosas en excesos.

¿Cuántas veces hay que quemar un plato para que la receta sea decente?

Aunque no se lo crea, hay alguna que sale a la primera, ja, ja, ja. Pero una media de dos o tres veces no te la quita nadie.

Habla de comer en los púlpitos del futuro, en un blog de internet... ¿Qué nos llevaremos a la boca en 2060?

En el hipotético caso de que todo siga como hasta ahora, que es mucho suponer, espero que no sea todo precocinado y que se defienda el producto local y lo ecológico.

¡Hombre de Dios! Yo esperaba una revelación...

¿Algas y cosas así...? ¡Eso ya está! Pero si quiere algo llamativo, creo que pronto añadiremos insectos a nuestra dieta.

¡Puag!

Eso mismo digo yo. Desde luego, no tengo agallas para probarlos, pero son fáciles de reproducir, son ecológicos y tienen un alto valor nutritivo. Es el futuro.

¿El tiempo es el ingrediente más difícil de encontrar en la cocina?

Es un problema, sí. La cocina pide un poco de dedicación que por cierto se la damos a la televisión o a otras cosas que no son tan importantes como cuidarte con lo que comes.

Quiero aprender a cocinar pero en casa ya no tengo quien me enseñe...

Es cierto que hay una brecha generacional. En casa cada vez se cocina menos y esa tradición de enseñarse unos a otros corre peligro de extinción. Ahí internet juega un papel importante, mire.

¡No le sigo!

Hay un montón de gente que está colgando viejas recetas en las web. De ahí podremos rescatarlas.