"Plaza de España' es una serie exorcizante"
Antonia, la guardesa, es la única moradora de Peñaseca cuya vida no cambia con la muerte del marqués. Su intérprete está muy contenta con la audiencia de los primeros capítulos y cree que es "muy sano" ver en el espejo "nuestras miserias y nuestros absurdos"
donostia. La fama televisiva le llegó con su personaje de Lourditas en la serie de Telecinco Los Serrano, pero la actriz vasca Goizalde Núñez tiene una larga trayectoria en la que figuran, entre otros, sus trabajos en ETB en Juntos y revueltos -donde interpretó a la novia punki de Iván Villanueva- y después en Señorío de Larrea. Si le surge le oportunidad de trabajar en Euskadi, no tiene dudas: "Si me llaman, voy tan contenta".
El punto de partida de 'Plaza de España' es muy original...
Sí, los guiones son un acierto y leerlos fue una gozada. Son de carcajada. Es una idea muy buena, un humor tipo Berlanga, negro, con unos personajes maravillosos. Son todos unos elementos de mucho cuidado, pero se les coge cariño.
Según la audiencia de las primeras semanas, son unos dignos herederos de 'Los misterios de Laura', su antecesora...
Pues sí, la propuesta de TVE era hacer lo mismo que con la serie de María Pujalte, estrenar en verano. ¡Ya nos gustaría seguir sus pasos!
En la presentación se habló de costumbrismo, neorrealismo y surrealismo. ¿Está de acuerdo?
Creo que tiene una parte de absurdo maravillosa, son personajes que cada uno vive en su mundo, muy egoístas. No les importa lo que pase a su alrededor.
¿Cómo los definiría?
Unos pillos supervivientes.
¿Cree que es ajustado el calificativo de berlanguiana para esta serie?
Sí, es justo en cuanto al aire, al humor y a la visión desde arriba. Muy de Berlanga y de Azcona.
El 'dossier' de TVE dice que su personaje, el de Antonia, "es el más inteligente de la casa". ¿Es verdad?
A raíz de la muerte del marqués han cambiado mucho las circunstancias y las labores de cada uno. En principio, la gente no tiene mucho que hacer pero para Antonia las cosas no han cambiado porque es la única que mantiene los pies en la tierra. Tiene que fregar y cocinar todos los días y poner aquello en marcha. Los demás se pegan la vida padre.
¿Es la única a la que no le ha cambiado la vida?
Así es, aquellos no mueven un dedo. Alguien tiene que hacer las cosas.
Después de 75 años, ¿han abordado esta época con tranquilidad?
Los actores sí. Interpretamos los personajes con humor, nos reímos de nosotros mismos aunque se hable de cosas duras pero siempre desde el absurdo y con un punto cómico. Nosotros lo hemos hecho sin prejuicios.
Transcurrido el suficiente tiempo, de todas las grandes tragedias de la Humanidad se han hecho visiones desacralizadoras...
Claro, el humor es exorcizante, liberador, reírte un poco y darle la vuelta. Yo creo que el humor es siempre sanador.
Un compañero de reparto, Enrique Villén, ha dicho que van a acabar "con la estupidez de las dos Españas". ¿La serie tiene un carácter pedagógico?
Aunque a alguien le puedan escocer determinadas cosas, creo que está escrita con inteligencia y con humor y que la mayoría de los espectadores se reirán.
El estreno coincidió con el 75º aniversario del Alzamiento...
Es un buen momento para pasar página y desdramatizar, metiendo humor y viendo en el espejo nuestras miserias y nuestros absurdos. Creo que es muy sano.
¿Le dolería que les acusaran de falta de respeto?
Pues sí, porque no ha existido esa intención. No queremos faltar al respeto a nadie. Lo que queremos es entretener y divertir. Es un humor inteligente, de situaciones; no es de chiste fácil y se centra en los personajes de la casa.
Abraham Sastre, uno de los guionistas, dice que no se trata de reflexionar sobre la guerra, sino que es la historia de unos caraduras que viven en aquel momento
¡Eso es! Como se dice al final del primer capítulo, "en Peñaseca el frente no se movió durante tres años". Se quedó estancado en ese micromundo que no es real.
Doce episodios, dos por semana, y los guiones de la segunda temporada ya están listos. ¿Tiene esperanza de pasar el verano con nota y de que se ruede una segunda tanda?
Yo confío en que sí. Creo que es una serie muy original y que este humor hace falta en televisión. La Guerra Civil solo es la excusa para exponer los tópicos de esa minisociedad.
¿Qué sugerencias haría a los guionistas para su personaje?
Entre las chicas proponemos que nos reúnan un poco, que haya trama femenina. Daría juego. Un poco de ir a tomar la magdalena a casa de las otras para ponernos al día, porque Antonia vive muy apartada de la abuela y de Remedios.
Es que entonces las mujeres no pintaban mucho...
Bueno, yo pienso que pintaban mucho, pero se las dibujaba poco.
¿Llegará Antonia a ser tan famosa como Lourditas?
(Se ríe) No lo sé, la verdad. Esta es una comedia muy coral, da gusto trabajar en colectividad.
Una pregunta que no sé si podrá contestar. ¿Cómo era el marqués? ¿Se le verá en la serie?
Algún recordatorio habrá de su forma de actuar. No puedo decir más.
¿Su papel en 'Los Serrano' ha creado una imagen con la que le cuesta romper? ¿Solo le van a dar papeles de buena persona?
Espero que no. Hacer de bueno es maravilloso, pero como actriz siempre te gusta ampliar un poco el abanico de posibilidades. Yo creo que Antonia es bastante diferente a Lourditas. Una de mis preocupaciones fue que se alejara lo más que pudiera, aunque a Lourditas le estoy muy agradecida. Era un personaje estupendo.
¿Alguna vez ha hecho de mala en la televisión o en el teatro?
Bueno, hace bastante tiempo hice El malentendido, de Camus, en el que era un personaje muy oscuro. Vamos, una asesina que se dedica con su madre (Encarna Paso) a matar gente en una pensión. Envenenaba a los clientes para robarles y poder ir al mar. La muchacha no era muy mala, lo que pasa es que quería salir de aquel agujero (ríe). Y ahora estoy haciendo una función de teatro, Contracciones, que produce Javier Gutiérrez y dirige Pilar Massa, en la que interpreto a una empresaria que no es que sea mala, pero es un personaje muy distinto. Es humor negro inglés: te ríes, te ríes hasta que dejas de reírte... En octubre tendremos una gira y en diciembre estaremos en Madrid en el María Guerrero. El teatro se puede compaginar con la tele porque los horarios son distintos. Es un poco tute, pero se puede.
¿El aumento de ficción propia en las televisiones está salvando a los actores de la crisis?
Por lo que yo sé, hay mucha gente que lleva en paro bastante tiempo. Hay que resistir y reinventarse, no quedarse quieto.
¿Desde cuándo vive en Madrid?
Desde 1989. A lo tonto, a lo tonto... Vine a estudiar al laboratorio de William Layton y no tenía intención de quedarme pero...
Con todo el tiempo que lleva, ya habrá conseguido que digan bien su nombre...
No te creas, no. (Se ríe) Lo siguen pronunciando con zeta.
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