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ESTÁ en Kabul, le quedan un par de granadas y un AK-47. Dispara a un yanki que ataca de frente. Su cuerpo cae reventado. Granadas, tiroteos, y calles llenas de polvo mientras, al otro lado de la pantalla, el usuario encarna el rol de un talibán y acaba con soldados estadounidenses y británicos. Es la nueva versión del videojuego Medal of Honor que el Pentágono ha ordenado retirar de todos los centros de esparcimiento en las bases militares estadounidenses. Una animación que, en su última edición, permite a un jugador asumir el papel de un insurgente y atacar a soldados norteamericanos. El comandante de las Tiendas del Ejército y Fuerza Aérea, general Bruce Casella, indicó que se tomó la decisión en consideración a los soldados y familiares en todo el mundo.

La serie Medal of Honor, una de las franquicias bélicas más importantes de los últimos tiempos, fue creada por Steven Spielberg y hasta su última entrega se desarrollaba en la II Guerra Mundial. Una ambientación al parecer inocua ya que las heridas de ese conflicto están cicatrizadas. Pero la nueva versión del juego producido por Electronic Arts, ha levantado ampollas porque añade escenarios y personajes a la serie lanzada en 2002 y permite que uno de los jugadores pueda ocupar el papel de talibán y lanzar ataques virtuales contra marines y militares de la coalición. Una opción que ha ofendido e irritado a muchos soldados que participan en combates reales o a las familias que han sufrido bajas en la guerra. Karen Meredith, cuyo hijo, un teniente del Ejército de Tierra murió en Irak en 2004, dijo a un diario que no entiende "cómo disparar contra soldados que representan a estadounidenses verdaderos puede ser una diversión mientras hay gente que muere cada día por este país". "¿Cómo pueden decir que está bien que alguien juegue al talibán?", continuó Meredith, quien se imagina a la gente sentada en casa, tomando cerveza, y ametrallando a los soldados.

La prohibición no es exclusiva de EE.UU. A finales de agosto, el secretario de Defensa del Reino Unido, Liam Fox, pidió a los comerciantes británicos que no adquirieran Medal of Honor para la venta ya que en los conflictos de Irak y Afganistán han muerto soldados británicos. "Es chocante que alguien piense que es aceptable recrear los actos de los talibán. Hay niños que han perdido a sus padres y esposas que han perdido maridos a manos de los talibán", aseguró el ministro. "Estoy disgustado y enfadado. Es difícil creer que cualquier ciudadano de nuestro país desee comprar un juego tan profundamente antibritánico. Insto a los minoristas a que muestren su apoyo a nuestras fuerzas armadas y veten este producto de tan mal gusto".

El lanzamiento del nuevo shooter consigue así un marketing sin precedentes. En este sentido, un portavoz de Electronic Arts contestó en declaraciones al diario The Sunday Times: "El formato del nuevo Medal of Honor no hace sino reflejar el hecho de que cada conflicto tiene dos bandos. Les damos a los jugadores la oportunidad de jugar en ambos lados. La mayoría de nosotros hemos estado haciendo esto desde que éramos críos: alguien juega al policía, alguien tiene que ser ladrón, y en Medal of Honor multijugador, alguien tiene que ser el talibán", argumentó.

Los videojuegos de acción han sido una fuente constante de polémica. Justamente, la última entrega de Call of duty: Modern warfare, su competencia más directa, causó una controversia similar cuando se dio a conocer que en todo un nivel del videojuego, una escena llamada No Russian, el usuario tenía que jugar como un soldado encubierto como terrorista e ir limpiando de civiles un aeropuerto moscovita.