Cuando pensamos en un jardín tendemos a imaginarlo verde y repleto de plantas, pero los expertos en diseño y adecuación de espacios exteriores alertan sobre la necesidad de que esos espacios, sea el jardín de nuestra casa o un parque público, tienen que pensarse atendiendo a criterios de sostenibilidad y ecología.

No se trata de no tener plantas, sino de tenerlas donde tengan que estar, con un uso racional que evite consumos desmedidos de agua y energía y de aplicar criterios de xerojardinería, que apuesta por jardines donde el uso de agua sea el mínimo y donde no haya que emplear un tiempo del que generalmente no disponemos en su mantenimiento.

Para conseguir estos objetivos disponemos de muchas herramientas. El experto en diseño y exteriores Joseba de Echarri, de Proyectos Echarri, nos cuenta que a lo largo de los años los jardines han ido evolucionando hacia un criterio más racional, utilizando elementos como el césped artificial, las tarimas de madera natural o tecnológica, las traviesas de madera y los áridos para conformar espacios diseñados siguiendo los criterios de ahorro energético y agua, sin renunciar ni mucho menos a jardines de los que sentirse orgulloso. "Se trata de crear lo que nosotros llamamos "jardines de estar", espacios en los que se pueda estar cómodamente y que no den trabajo, jardines de bajo mantenimiento".

Los jardines de bajo mantenimiento admiten plantas, de hecho para la mayoría de las personas son imprescindibles. "Cuando diseñamos un jardín tenemos que tener en cuenta los gustos de las personas, y eso incluye la selección de plantas que vayan a formar parte de ese espacio, pero insistimos en que las especies naturales sean autóctonas, en no plantar ninguna especie que por nuestra ubicación nunca hubiera querido estar con nosotros", añade Echarri.

El uso de áridos, tarimas o césped artificial es fundamental en el diseño de jardines contemporáneos desarrollados bajo el concepto de jardín de bajo mantenimiento. Se pueden encontrar diferentes materiales y colores, y si hablamos de áridos también de diferentes formas y calibres que permiten trabajar en el diseño de espacios exteriores modernos y sostenibles, adaptados al gusto de cualquier persona.

Los áridos se utilizan en muchas aplicaciones de jardín dando color, diseñando formas para crear espacios y zonas de ocio, o para servir de fondo sobre el que colocar las plantas, las justas para que el jardín luzca bello sin generar trabajo.

Como dato curioso, el uso de áridos decorativos se extendió en las zonas desérticas de Baja California en los sesenta por su deficiencias hídricas. Se fijaron entonces en la jardinería japonesa, una solución ante la imposibilidad de plantar jardines de tipo ingles. La milenaria jardinería Zen se convirtió en una solución que luego se exportó a Europa en el boom de la vivienda horizontal de los 90. Una estética y una filosofía que se aplica hoy en muchos jardines contemporáneos por su sostenibilidad: suponen menos trabajo, menos consumo de agua, menor gasto energético y cero mantenimiento.