La flacidez en los brazos es un problema muy habitual, especialmente visible con la llegada del calor, cuando la ropa deja al descubierto las extremidades superiores. Entonces se deja ver el efecto llamado alas de murciélago, consistente en un antiestético descolgamiento de la piel que va desde la axila hasta el codo. Por ello es momento de poner el foco en tonificar la cara interna de esta parte del cuerpo implicada en numerosos movimientos y gestos que hacemos incluso al hablar.

En Teringel Belleza lo saben bien y para este cometido disponen de un tratamiento específico. Según explica la directora de este centro de estética ubicado en Barakaldo, Cristina Marín, “se trata de un láser que ni corta ni quema la piel, es más, ni siquiera la toca. Desde una distancia moderada mejora notablemente la cara interna de los brazos. Se aplica en una sola sesión de una hora de duración aproximadamente y el efecto no desaparece, con lo cual no hay que repetir el tratamiento unos meses después”.

Causas

Las causas que provocan esta falta de tonicidad suelen ser normalmente la edad -aunque también hay personas jóvenes con este problema-, la disminución de elastina y colágeno de la epidermis debida al paso del tiempo, la ausencia de ejercicios físicos específicos, los cambios hormonales y el exceso de peso o el descenso brusco del mismo.

En la madurez, las fibras de la dermis se renuevan cada vez más lentamente y pierden una de sus funciones, la de sujetar la piel provocando la temida flacidez. En concreto, tal y como detalla Cristina Marín, “en la parte superior del brazo se empieza a perder firmeza a partir de los 40 años”. A su entender, “la flacidez aparece por modificaciones en el tejido conjuntivo, la citada pérdida de fibras de colágeno y elastina que afectan a la estructura de la dermis y los septos fibrosos”.

La flacidez puede ser leve, moderada o intensa. Si es moderada o intensa, esta experta en estética y cuidado de la piel asegura que “será necesario hacerse un tratamiento que la reduzca al máximo”. Y ello teniendo en cuenta que “es una de las zonas del cuerpo más difíciles de tonificar”, recuerda.

Consejos

Una vez realizado el tratamiento, el cuidado de la alimentación también es importante, si bien ello no arregla el problema una vez que ya ha aparecido.

Hay que evitar ducharse con agua muy caliente y procurar terminar con agua fría en esta zona, beber abundante líquido diario e hidratar la piel.

En cualquier caso, se debe tener presente que “si no se consumen las proteínas necesarias, el músculo se transforma en grasa con gran facilidad y especialmente a partir de cierta edad”, resalta Cristina Marín.

A tiempo

Lejos de lo que pudiera parecer, a quienes estén pensando que ya es muy tarde para acabar con esas alas de murciélago, o que tenían que haberse sometido al tratamiento antes, porque ya se nos echa el verano encima, desde Teringel recuerdan que “están a tiempo y de sobra, puesto que la solución que proponemos se aplica en una única sesión”.

Con este tratamiento, indoloro y rápido, nadie tendrá por qué estar condicionado a la hora de vestir, pudiendo lucir unos brazos impecables.

Sesión de tratamiento contra la flacidez en la cara interna de los brazos. Foto: Juan Lazkano

Prevención

Para prevenir o retrasar la flacidez en la parte interna de los brazos es muy importante ingerir proteínas. Desde Teringel, su responsable especifica que “las más recomendables para este cometido son las que se encuentran en la carne blanca y el pescado azul y blanco, así como en los huevos. Asimismo, es clave la proteína vegetal que se halla en las legumbres”. Siguiendo su consejo, estas siempre es mejor combinarlas con algún cereal. Los mejores son el arroz integral, avena o quinoa. También los frutos secos contribuyen a evitar el descolgamiento de la piel y la blandura muscular en esta zona, excepto los que estén fritos o salados.