Hace años había ciertas personas cuyo destino estaba ligado a los circos o a figurar en las páginas de los libros Guinness de los récord, al ser consideradas feas y monstruosas por su peculiar fisonomía. Hoy se sabe que esa peculiaridad tiene nombre y se llama acromegalia.

Se trata de un trastorno hormonal poco frecuente que aparece cuando la hipófisis o glándula pituitaria, situada en la base del cráneo y responsable de muchas hormonas entre ellas la del crecimiento, se ve presionada por un tumor benigno. Esta presión desencadena una secreción exagerada de dicha hormona. Los tumores hipofisarios son hereditarios en pocos casos.

Si el trastorno hormonal se produce en niños, antes de que se produzca el cierre de los cartílagos, se desencadena un crecimiento desmesurado. Son niños excesivamente altos y el trastorno se llama gigantismo. En la personas adultas no aumenta su estatura, sino que el aumento del tamaño de los huesos se limita a manos, pies y rostro.

Actualmente, ambas enfermedades se pueden tratar si se detectan a tiempo. En el caso de los niños es más evidente y más fácil de reconocer, mientras que en los adultos los cambios se producen con mayor lentitud lo que puede retrasar su diagnóstico.

Además de los huesos, la hiperproducción de la hormona del crecimiento puede afectar a otras partes del cuerpo y causar problemas de salud graves e incluso mortales. Sin embargo, los tratamientos pueden reducir el riesgo de complicaciones y mejorar significativamente los síntomas, incluido el aumento del volumen que adquieren las facciones.

En cuanto a los síntomas para detectar la acromegalia se encuentran un aumento del tamaño de las manos y de los pies que puede detectarse en los anillos o en el calzado; rasgos faciales llamativos como una mandíbula y una frente protuberantes con nariz más grande, labios más gruesos y mayor espacio entre los dientes.

Una piel áspera, más grasa y gruesa; sudoración excesiva, pequeñas verrugas en la piel, fatiga y debilidad articular o muscular, dolor en articulaciones y movilidad reducida pueden también dar pistas acerca de este trastorno.

Las personas que sufran acromegalia experimentarán también una voz más grave y áspera debido al aumento del tamaño de las cuerdas vocales y los senos nasales; ronquidos fuertes por la obstrucción de las vías respiratorias superiores; problemas de visión y dolores fuertes de cabeza.

Las irregularidades en el ciclo menstrual de las mujeres, la disfunción eréctil en los hombres y la pérdida de deseo sexual son otros síntomas de esta enfermedad.

Ante cualquier sospecha, lo más recomendable es acudir al médico, ya que un diagnóstico temprano permitirá iniciar lo antes posible el tratamiento adecuado.