Los nefrólogos recomiendan mantener una adecuada hidratación, que se aproveche el tiempo en vacaciones para llevar una dieta saludable, con productos más naturales, con menos sal y menos aditivos, y hacer ejercicio físico. Los hábitos de vida inadecuados y los excesos típicos del verano y las vacaciones se pueden convertir en importantes enemigos para nuestra salud, en especial para aquella parte de la población con mayor riesgo de sufrir alguna enfermedad.

Llevar una dieta no adecuada y no saludable, el abuso de bebidas azucaradas, no realizar una buena hidratación ante las altas temperaturas, y confundir descanso con inactividad, son algunos de los grandes peligros para el riñón durante el verano y las vacaciones, según destacan los nefrólogos de la S.E.N. La sociedad científica ofrece estos consejos dentro de la iniciativa #Código-Riñón, un programa que precisamente busca sensibilizar a la sociedad de la importancia que tiene para su salud y calidad de vida cuidar de los riñones, como mejor herramienta preventiva de las enfermedades renales desde la infancia.

CONOCIMIENTO

Los nefrólogos señalan que hay muy poca cultura social sobre la salud renal, menos que sobre la salud cardiovascular, por ejemplo, "cuando ambas están íntimamente relacionadas", indica Patricia de Sequera, presidenta de la S.E.N. A medida que la función renal disminuye, el riesgo de desarrollar daño y enfermedad vascular aumenta, hasta tal punto que la causa más frecuente de mortalidad en los pacientes renales son los problemas cardiovasculares.

De igual modo, la presencia de factores de riesgo cardiovascular y el desarrollo de daño vascular también supone un grave problema, al triplicar el riesgo de enfermedad renal. Los malos hábitos alimenticios, como la alta ingesta de sal, son perjudiciales para el corazón y el riñón, y en general, muchas de las recomendaciones para la salud de ambos órganos son similares, de manera que puede decirse que "lo que es malo para el corazón también lo es para el riñón y viceversa", añade.

Por ello, sugiere aprovechar el descanso y la mayor disponibilidad de tiempo precisamente para planificar mejor las comidas, llevar una dieta más saludable y baja en sal, menos aditivos ricos en fosfato, y hacer mucho más ejercicio, lo que redunda en beneficio de nuestra salud y bienestar y en la prevención de patolo gías relacionadas con el riñón y el corazón.

La Enfermedad Renal Crónica (ERC) tiene un gran impacto en la salud y calidad de vida de las personas que la padecen, a pesar de su gran desconocimiento en la sociedad. En España se calcula que unos siete millones de personas padecen ERC, de las cuales más de 64.000 necesitan diálisis o trasplante. Esta enfermedad ha experimentado un crecimiento de un 30% en la última década, y si sigue su ritmo actual de subida se convertirá en la segunda causa de muerte en el país en pocos años.

COVID-19

Además, y ante el escenario del Covid19, los nefrólogos señalan igualmente como muy importante la vacunación y seguir las recomendaciones y medidas de higiene y seguridad, ya que el riñón es uno de los órganos que más se han visto afectados por la nueva enfermedad. De hecho, gran parte de los pacientes infectados han tenido un importante deterioro de su función renal, sufriendo en casos un fracaso renal agudo, y por tanto, la necesidad de que el paciente tenga que someterse a un tratamiento sustitutivo de diálisis o trasplante para poder realizar la tarea que hacen sus riñones.

Además, los pacientes con Enfermedad Renal Crónica en diálisis y trasplantados renales han sido uno de los colectivos a los que la infección del virus está afectando más, con unos índices de contagio y mortalidad más altos que la población general. De hecho, la mortalidad por Covid-19 en los pacientes renales es de tres a cuatro veces mayor en comparación con la población general, y de 1,5-2 veces mayor en comparación con otros grupos de riesgo.

En el Estado español, la tasa de contagio de los pacientes en Tratamiento Renal Sustitutivo (es decir, en diálisis o con un trasplante de riñón) ha alcanzado un índice del 5% -más alto que la población en general-, y una tasa de mortalidad superior al 25% del total de pacientes en TRS contagiados, que, en el caso de los pacientes en hemodiálisis, los más afectados, asciende aún más hasta llegar al 30%.

EL DECÁLOGO

1. Es muy importante hidratarse con agua adecuadamente. En verano se pierde mucho líquido por la sudoración que luego hay que recuperar. ¡Y la sed solo se quita con agua!

2. Evitar los alimentos procesados, que tienen una alta carga de aditivos (sodio, potasio, fosfato, azúcares) y suponen una sobrecarga para los riñones y una mayor toxicidad de estos elementos para nuestro organismo.

3. Evitar el tabaco, en verano y siempre. Hay que intentar que las vacaciones no estropeen los logros del resto del año.

4. Aprovechar el tiempo para planificar mejor las comidas y comer más sano. Hay que tomar frutas y verduras y combinarlas en las comidas con pan, pastas y arroces.

5. Comer más pescado que carne. Alternar las proteínas del pescado blanco o azul con huevos y legumbres.

6. Vigilar la ingesta de sal, sobre todo si se sale a comer fuera.

7. Consumir siempre aceite de oliva, al que por algo se le llama el oro líquido.

8. Hacer ejercicio físico. Descansar no es (solo) tumbarse al sol. El ejercicio es compatible con el des canso y ayudará a sentirse mucho mejor.

9. ¿Eres de los que dicen que les gusta andar? Se pueden aprovechar las vacaciones para caminar una hora diaria y a buen ritmo.

10. Si además se quiere aprovechar el verano para adelgazar, perfecto, pero con una dieta sana y equilibrada, nunca con suplementos dietéticos que no están indicados por un profesional.