ALE la pena acercarse este fin de semana a Orio, municipio costero de tradición pesquera y remera, y famoso por ser la cuna de destacados artistas vascos como Jorge Oteiza o Benito Lertxundi. Mañana se celebrarán varias salidas para conocer su historia ligada al mar, su relación con el Camino de Santiago y su bello y bien conservado casco histórico.

La iniciativa está incluida en el programa que ofrecerán este mes los Museos de la Costa Vasca, que incluye más de un centenar de actividades. En el caso de Orio, mañana se realizarán visitas para conocer el Centro de Interpretación del Camino de Santiago y su relación con el mar. Resulta obligatorio realizar reserva y aunque la visita será en euskera, de 11.00 a 12.00 horas, se llevaría a cabo otra salida en caso de formarse algún grupo en castellano.

Las visitas, que partirán de la oficina de turismo local, permitirán conocer el patrimonio marítimo de Orio, cuya economía ha estado siempre volcada en el mar, concretamente en la pesca de los arrantzales y la construcción naval en sus numerosos astilleros, que construían fragatas para la Armada, galeones y embarcaciones menores. Fueron las principales actividades históricas de la localidad junto a la agricultura. Además, el muelle de su puerto es, a la vez, la plaza central de Orio.

Además de visitar el muelle y retrotaerse a su historia sin olvidar la actual actividad pesquera de bajura, la visita guiada recorrerá la parte vieja del pueblo guipuzcoano, cercano a Donostia y perteneciente a la comarca de Urola Costa. Conocida como Goiko Kale, data del siglo XII y está formado por un laberinto de calles empedradas y empinadas que hacen remontarse a la Edad Media.

Los visitantes se verán invadidos por el aroma de los pescados y la carne que se cocina en las parrillas instaladas en plena calle, en las inmediaciones del puerto. El besugo es el plato estrella de esta localidad costera, así como las angulas.

Hoy en día, Orio continúa estando muy ligada al Camino de Santiago, que a su paso por este pueblo alberga algunos tesoros, como la ermita de San Martín de Tours o la propia iglesia parroquial de San Nicolás de Bari, de estilo barroco, situada en lo alto de la parte vieja.

Además, el turista más animado puede aprovechar el viaje para disfrutar de un atractivo y variado entorno, ideal para el senderismo y las actividades al aire libre. También sacará partido de su conocimiento de la costa salvaje y prácticamente deshabitada, en la que los acantilados son protagonistas.

A su vez, cabe destacar que la cadena costera es interrumpida por el amplio cauce de la ría del Oria, que dibuja un tortuoso curso antes de su salida al mar.