Los coches eléctricos suscitan hoy adhesiones y rechazos, pero sobre todo indiferencia por parte del gran público, que los percibe más como una imposición que como una solución. Instituciones, administraciones públicas, políticos y empresas energéticas y de automoción hacen apología explícita de este método de impulsión limpio, mientras se afanan por solventar sus pocos, aunque decisivos inconvenientes. Son, fundamentalmente tres: el elevado precio de adquisición de estos vehículos, la limitada autonomía que ofrecen y la todavía insuficiente red de recarga existente. Esas adversidades frenaban hasta ahora el entusiasmo de cualquier persona que haga un mínimo análisis de la realidad actual.

Así que los eléctricos convencen a quienes emplean el coche para desplazamientos cortos rutinarios y disponen de un punto de reabastecimiento, bien en su domicilio o bien en su lugar de trabajo. Resultan especialmente ventajosos y rentables para residentes en las comunidades que fomentan la electromovilidad con privilegios para circular por zonas exclusivas (centros históricos o carriles reservados), además de con exenciones de impuestos, peajes y tasas de aparcamiento. Eso solamente sucede en Barcelona y Madrid, que es donde se concentra la demanda de eléctricos.

Poco va a aportar el flamante e-tron GT al debate sobre la electrificación. Menos aún a la democratización de este tipo de movilidad. No es ese su cometido. Su función es convertirse en el estandarte tecnológico de la marca, compendiando los últimos avances en el campo de la electrificación y abriendo camino a un método de impulsión que ha llegado para quedarse.

Por esa vía ya comienzan a llegar modernas propuestas con los cuatro aros como el Q4, que aumentan el crédito de los eléctricos. El SUV de talla media (4,6 metros) se acerca mucho a lo que el mercado va a demandar. Es un producto de estampa coherente a la de los Audi modernos, que emplea únicamente impulsión eléctrica. La marca oferta ya por 44.460 euros la versión básica de este modelo, que estará en los concesionarios en junio; en septiembre se sumará la variante estilizada Sportback (desde 46.560 euros).

Comparten un motor que transmite 170 CV a las ruedas traseras. Lo alimenta una batería de 52 kWh útiles, que garantiza una autonomía de 341 km. El Q4 tendrá versiones superiores, como la dotada de mecánica de 204 CV y batería de 77 kWh, que augura 520 km de alcance. Más adelante estará disponible la Q4 e-tron quattro, con 299 CV y 488 km de autonomía.