Bilbao- El relato de los hechos por parte de Koldo Ibáñez apenas difiere del que podría hacer cualquier otro empresario del sector. Cierre de instalaciones y cese de actividades obligados por causas de fuerza mayor, prioridad a la salud y medidas de control de daños en forma de regulación de empleo... "Afecta a la mayoría de la plantilla, noventa y tantas personas en todas las marcas el grupo", explica; "como en ninguna de ellas pasamos de cincuenta, los ERTE son favorables a los empleados porque cobran el 100%".

¿Cómo han reaccionado las marcas a las que representan?

-Un poquito más tarde que nosotros, pero han reaccionado. Nos piden un plan de tesorería a corto plazo, a dos meses vista, y en función de las necesidades nos harán un plan específico a cada uno. La situación varía en cada firma. No es igual en SEAT que en el grupo Fiat, porque las circunstancias difieren de una a otra. Han puesto en marcha medidas de apoyo, como retrasarte los pagos, intentar que cobres antes lo que te deben, darte por cumplido el objetivo al 100%, etc. Además, quieren articular líneas de crédito para garantizar que no nos quedemos sin disponible. Nosotros también hemos movido ficha en ese sentido, contactando con instituciones que nos aseguren la liquidez y la continuidad del negocio.

¿Qué sensaciones tiene respecto a la evolución de la actividad en el sector?

-Hay días que soy más positivo y otros que soy más negativo. Lo que sí tengo claro es que, si me baso en los cálculos de la asociación de fabricantes (ANFAC), que estiman hasta un 30% de caída del mercado, yo creo que igual puede ser un poco mayor. Depende mucho de lo que tardemos en reaccionar, de cuándo volvamos y de si lo hacemos de forma escalonada. Veremos si la gente en ese momento va a tener intención de comprar, si se va a paralizar la demanda o no, como está sucediendo en China, donde se han disparado las ventas. Espero que no nos cueste mucho ponernos a una velocidad razonable. Abril lo tenemos perdido€ojalá sea a partir de mayo o junio para salvar el año. El objetivo es que la caída del mercado sea lo menor posible.

Por ventas y lanzamientos, era un año ilusionante para ustedes.

-El primer trimestre no estaba siendo nada malo en comparación al año anterior, íbamos creciendo y se percibía una tendencia positiva. Así que esto ha venido en el peor momento. En SEAT teníamos el lanzamiento del nuevo León; para el grupo Fiat era un año muy importante, con la llegada de novedades de Jeep y la electrificación del 500. Ahora todo eso ha quedado aplazado.

Y la fusión de Fiat y PSA ha entrado en cuarentena€

-La crisis del coronavirus ha paralizado el proceso de fusión de Fiat y PSA. Entiendo que ese retraso puede afectar a los desarrollos conjuntos programados, pero no sabemos nada. Nos preocupa, aunque llevan tiempo diciéndonos que estemos tranquilos, que a los concesionarios no nos va a afectar. Pero los primeros que están nerviosos son los de las marcas, a causa de la incertidumbre. Aquí, en Bizkaia, al estar implicados tantos concesionarios, hay que ver cómo quedará el panorama: no hay sitio para todos. Estamos aquí y estamos para mucho tiempo, pero al concesionario le hace falta ayuda, ver que lo mismo que él aporta, aporta la marca. Que vea seguridad, y hasta ahora no la ha habido. Somos empresarios y el objetivo es ganar dinero.

La posventa y el VO ya son más rentables que el vehículo nuevo.

-Desde hace tiempo, la posventa y el vehículo usado son primordiales para mantener unos buenos números. Una buena gestión puede darte la vuelta al ejercicio del año, acabando en positivo. Cada mercado tiene sus características especiales, pero entiendo que ahora entraremos en una guerra comercial de precios, con mensajes como "paga cuanto más tarde mejor" por parte de las entidades financieras, y que nos volveremos todos un poco locos. El cliente particular el que más.

¿Cabe ser hoy razonablemente optimista?

-Siempre hay que serlo para salir adelante. Si uno mismo no cree en el trabajo a realizar, vale la mitad. Tenemos bastante experiencia en momentos de crisis y estamos preparados para salir de ellas. Pero no depende solo del trabajo de uno. Hay que estar a la expectativa de cómo reaccionen el mercado y las marcas, y ser de los primeros en cambiar el rumbo si hace falta. Para la mayor parte de concesionarios que hemos sobrevivido a la crisis anterior, esta no va a suponer un motivo de cierre. Puede haber compras, ventas o fusiones, pero no bajas.

¿Qué pide para seguir a flote?

-No vendía mal una ayuda al sector, directamente a la compra, para que el ciudadano de a pie se vea respaldado o beneficiado. Pero sin tantas condiciones como las anteriores. No digo que no obliguen a achatarrar un vehículo obsoleto a cambio, pero sin tantos requisitos en el nuevo, para que no se restrinja tanto el número de modelos en condiciones de acceder al plan. Que tenga aportaciones a vehículos que se vendan más. Todo lo que sea apoyar al concesionario en temas de liquidez y reducciones de impuestos está bien. Pero que sean ayudas, dinero y no avales, porque los avales son papeles y, al final, es el empresario quien tiene que solicitar el préstamo y quien tiene que devolverlo.