Un usuario de la biblioteca de Hondarribia ha devuelto un libro... ¡seis años después de llevárselo en préstamo! Un "récord", según ha publicado la institución en Twitter, que hace tiempo que había reemplazado el ejemplar y que ahora ya pasa la cuarentena de una semana obligada por el coronavirus.

El libro en cuestión, Ortzadar arraina, de Marcus Pfister, ha aparecido en el buzón de devoluciones que tiene la biblioteca sin otra explicación. El bibliotecario municipal, Kote Guevara, no se aventura a formular alguna hipótesis concreta. Una de ellas,es que esa persona, al crecer los hijos, haya hecho sitio en las estanterías de los libros infantiles a otro tipo de libros, como sucede en muchos domicilios, y se haya encontrado el ejemplar.

"La gran mayoría de la gente es muy formal", matiza Guevara, que reconoce que también se han dado casos en el mundo "de libros devueltos 100 años después. Normalmente los libros no se suelen perder, sino que se mezclan entre los que ya tenemos".

Muchos aparecen "cuando hacemos una limpia en casa" o entre donaciones de familias a la biblioteca tras un fallecimiento o una mudanza: "Empezamos a revisar los fondos que nos han cedido y, entre los libros, aparece alguno de la biblioteca que se había extraviado".

Cuando un libro prestado no ha vuelto a casa a tiempo, la biblioteca envía una carta a la persona usuaria para que lo devuelva. En el caso de que no suceda, deberá reemplazar el ejemplar con otro de la misma edición. Según el responsable de la biblioteca hondarribiarra, este caso "se suele dar bastante con los estudiantes esto suele pasar bastante, que se han olvidado un libro en un autobús y ya no se recupera".

"Nosotros animamos a que, aunque haya pasado un año, tres o diez, la gente devuelva el libro a la biblioteca", explica Guevara, que reconoce que no hay "castigo ni echamos broncas ni nada. Más bien al revés, nos alegramos de tener el libro de vuelta, como en la fábula del hijo pródigo".

"Normalmente en estos casos los libros ya no suelen aparecer, porque a la gente le termina de dar vergüenza o apuro el hecho de tener que dar la cara", lamenta el bibliotecario de Hondarribia, que también reconoce que, cuando hay devolución, "lo habitual es que la gente sí acuda de manera presencial y pida perdón", aunque existe la posibilidad de dejar el libro de manera anónima en un buzón, como ha ocurrido con Ortzadar arraina.

La biblioteca de Hondarribia presta sus libros para tres semanas, que se pueden prorrogar mediante una petición por internet, teléfono... "Hay muchas maneras de hacerlo", reconoce Guevara en una biblioteca que ha vuelto a la relativa normalidad tras dos meses cerrada por la pandemia.

"Fueron unos dos meses que se prorrogaron los préstamos, y cuando reabrimos, el servicio está condicionado", desarrolla. Cuando una persona devuelve un libro, el ejemplar queda apartado por una semana y transcurrido este periodo de seguridad, se realizan los trámites ordinarios antes de que vuelva a estar disponible para otra persona.