AS visitas teatrales nocturnas a la muralla de Ávila se han visto condicionadas este año por las consecuencias del coronavirus, lo que ha obligado al principal monumento abulense a vestirse con guantes y mascarillas para mostrar a los visitantes la historia de esta Ciudad Patrimonio de la Humanidad.

La edición número veintiuno de esta cita turística arranca con el mayordomo de la muralla, don Beltrán, recibiendo al público al inicio del recorrido por el adarve ataviado con mascarilla de la época y recordando "las normas a seguir para evitar a este virus traicionero".

Los visitantes en cada recorrido, que este año bajan de 50 a 24 por motivos de seguridad, reciben gel hidroalcohólico para las manos y son sometidos a un control de temperatura. Los actores del grupo Escabel insisten en las normas de seguridad al mostrar la forma de llevar la mascarilla: tapando la boca y la nariz, no en la barbilla.

Tras esa introducción, aparece una miedosa Muralla, a la que casi tiene que obligar a salir su mayordomo, vestida de época y con unos guantes de fregar y una máscara con la que se tapa la cara, antes de preguntar si todos los asistentes cumplen con todas las medidas de seguridad.

Además de la reducción del aforo, las medidas de seguridad han consistido en una versión abreviada del recorrido por un adarve, dada la estrechez de alguno de los tramos en los que solían representarse algunas de las leyendas más conocidas por los abulenses.

Tras la apertura al público, el pasado 10 de junio después de una clausura de tres meses, la concejala de Turismo, Sonsoles Prieto, destacó la importancia de esta actividad cultural y turística que, este año más que nunca, pretende contribuir a impulsar un sector cuyo peso en la economía local resulta vital.

Para ello, el grupo Escabel junto a la empresa Patrimonio Divertido mostrarán a abulenses y visitantes durante una hora y cuarto el patrimonio y la historia de la ciudad a través del relato de Muralla, el personaje principal de estos itinerarios escénicos.

Prieto subrayó el hecho de que este año el principal monumento abulense mantenga las puertas de su adarve abiertas al público hasta las 23 horas, más tarde de lo habitual, para disfrutar de unas vistas privilegiadas a doce metros de altura.

Tras la original bienvenida a los visitantes, Muralla y Beltrán continúan con su simpático diálogo durante el cual ofrecen de manera amena al público algunas claves sobre la historia del monumento y la ciudad de la que es emblema.

Al mismo tiempo, Muralla sigue hablando sobre el "bichejo" que "sigue pululando y anda haciendo la puñeta", a la vez que responde a su mayordomo sobre la "grosería" que supone preguntarle si tiene anticuerpos.

En ese momento, es Leonilda la que entra en escena, deseosa de "bajar a la calle para dar un garbeo por las terrazas" del casco histórico, a la vez que prohíbe a quienes le rodean hablar del "bichejo", antes de que el cuarto personaje en discordia haga su aparición: Gastón.

Junto a estos personajes, el guía Maese Jorge acerca al público a la historia y el patrimonio de la ciudad al tiempo que recuerda dos hechos que habrían tenido un protagonismo especial en 2020. Se trata del 150º aniversario de la muerte de los hermanos Gustavo Adolfo Bécquer y Valeriano Domínguez Bécquer, que estuvieron relacionados con la ciudad, y del quinto centenario de la Constitución de Ávila, cuya firma tuvo lugar en la catedral de dicha ciudad.