EN ocasiones el espíritu creador es muy fuerte, pero la técnica con las manos se resiste y, a la inversa, a otros las manos le facilitan la labor pero el genio la retarda. Por el contrario, cuando ambas inspiraciones se logran aunar en un ensamblaje armónico florecen las exquisitas piezas de arte de Luis Uribeetxeberria, artista, artesano y orfebre. Nacido en Ondiz, pero afincado en Las Arenas, lleva años creando piezas únicas tanto desde metales preciosos -oro, plata, platino, gemas, brillantes- como con materiales más comunes -maderas de cedro o ébano, lapislázulis, vidrio?-, a los que su impronta artística y su habilidad de orfebre dan vida en unos productos de diseño exclusivos que en nada se parecen al mercado del arte repetido y en serie que la mercadotecnia nos coloca continuamente delante de los ojos.

“En este mundo del arte en serie, de miles de copias de lo mismo, hacer que alguien dé valor a una pieza, tanto por su belleza como por ser exclusiva, resulta cada día más difícil”, subraya Luis. “Muchos hipotéticos clientes, cuando se me acercan al estudio valoran lo que ven, pero inevitablemente lo comparan en valor y precio con lo que les están introduciendo por los ojos a través del mercado masivo, on line especialmente, donde la producción en cadena les abarata extraordinariamente los costos, aunque saben que corren el riesgo cierto de encontrarse con el mismo collar en el cuello o el mismo anillo en las manos de una amistad, de un conocido o en cualquier otro lugar del mundo. Mis piezas son exclusivas para ti, no para otro, y no son en serie sino que las fabrico para una persona y, por así decir, se lleva también el molde original”.

Frente a una cierta pérdida entre nosotros de este atractivo por lo singular, ha encontrado un mercado mucho más interesado en Zaragoza o Iparralde, pero sobre todo en París, donde acaba de exponer su muestra en el exclusivo hotel Ritz con éxito total en aprecio y ventas, algo que además le ha servido sobre todo como palanca de lanzamiento a otros mercados, puesto que una de las más prestigiosas galerías de arte, la Karry Galery al ver sus piezas le contactó para llevar su exposición a las cuatro de las ferias más importantes de Europa: Ginebra, París, Mónaco y Londres. Concretamente, ahora mismo está ultimando piezas de la exposición que presentará a finales de abril y mayo en Mónaco; posteriormente en septiembre acudirá con nuevas obras a la de Londres. “Suele decirse que al lado de la obra de un artista siempre hay un faro guía-ayuda en forma de compañera/o y en mi caso no puedo dejar de citar y agradecer la presencia continua de mi mujer Catherine sin cuya iniciativa tal vez no hubiera dado el salto de Areeta a París”.

La lucha está en conseguir que frente al arte masificado de lo repetido, de lo igual para todo, se valore lo personalizado, lo exclusivo, el detalle individual, hasta el punto que se pague unos precios razonables por esa marca personal en lo que usas, en lo que llevas y disfruta tu vista y la de los demás. “Las ventas se han hecho más difíciles y escasas, y ahí está el reto, aun con la crisis atraer hacia estas joyas de diseño exclusivo con una buena conjugación valor/precio”.