LA petanca no es un juego de abuelos. Este es uno de los mitos contra los que tiene que batallar el recién constituido club de petanca de Galdakao que busca todo tipo de gente que quiera practicar este deporte. Da buena muestra de ello Eneko Richard que, a sus 14 años, tiene clarísimo que “este es un deporte para todo el mundo. Es una disciplina que permite poder jugar tres generaciones juntas”, explica con claridad el chaval. Bego Maeso anima a la gente a que “juegue, se apunte y venga a ver porque no es ni soso ni aburrido. Requiere mucha estrategia”. Otro de los integrantes del grupo, Hervé Richard, afirma que “precisa de mucha concentración para los lanzamientos”. Este francés afincado en Galdakao, aclara que en su país de origen, la petanca es casi una religión. Por su parte, Rubén Conde asegura que “a veces se compara con el ajedrez porque cada bola es una jugada y requiere de una técnica depurada basada en la precisión y en la concentración”, confirma.

El pasado sábado día 30 fue el torneo de inauguración de este club de Galdakao que ha tenido que empezar desde cero. Habilitando por ejemplo la pista de Zuazo que era muy irregular y estaba invadida de hierba. A sus 71 años, Pablo Martín ha picado el terreno, lo ha vaciado y ha llevado la piedra. “El Ayuntamiento nos dio otras opciones fundamentalmente en Elexalde pero teníamos que compartir las pistas seis meses con el voley playa. Por eso, le propusimos este emplazamiento de Zuazo, junto a la pista de skate”, indica Maeso. José Miguel Goikoetxea, Goiko, otro veterano a sus casi 69 años, recalca que “además es casi imposible jugar en la pista del voley playa porque eso es arena suelta y a nosotros nos viene mejor un terreno más duro”.

De hecho, es un deporte que exige pasar muchas horas de pie a la intemperie y agachándose. “En Sestao jugamos hace unos días y hacía un tiempo de perros”, dice Hervé. Para empezar a practicarlo tan solo hace falta adquirir un juego de tres bolas que pueden durar muchos años. Las de Goiko tienen ya 30 años y se las regaló en Salou un amigo francés. Jon Gordillo asegura que juegan con bolas homologadas, con un peso diferente adaptado a cada mano. Por eso las suyas son más pesadas y con mayor diámetro que las de Goiko, de 630 gramos.

Además, la petanca cuenta con su propia y peculiar jerga, en la que hay arrimadores' y tiradores. “El arrimador (el que acerca la bola al bolinche) suele jugar con una bola más pequeña y pesada, y el tirador con una bola más grande y ligera”, alecciona Maeso, derrochando pasión y afición. Porque no se gana dinero jugando a la petanca y ellos deben asumir todos los gastos ya que no tienen ninguna subvención ni patrocinio.