En la Plaza Nueva de Bilbao, el bar y restaurante Toma y Daka ha abierto las puertas a una experiencia diferente, donde la pasión por el producto de cercanía es el santo y seña de la casa.

De acuerdo con esta filosofía, apuestan por los pequeños productores locales para ofrecer en su comedor productos selectos del mar, de la tierra y de las ganaderías próximas.

En su cocina imperan la tradición y el producto de mercado. Así se puede comprobar en su expositor con pescados del día, ostras, anchoas en salazón, y su escaparate junto a la entrada, que exhibe impresionantes carnes, como las chuletas, entre otros productos Km 0. De hecho, en la propia carta están indicados los kilómetros de origen de cada artículo gastronómico, con total transparencia para el cliente.

En barra preparan incluso tablas de quesos al momento, para saborear la calidad en su momento óptimo.

En el capítulo de bodega, dan mucha importancia a la cerveza, con nueve referencias diferentes y varias artesanas vascas, que maridan bien con su carta. Ello además de una completa carta de vinos, de distintas D.O.

El local, de dos plantas, con una vistosa decoración que incluye elementos vegetales, crea un ambiente contemporáneo, que invita a quedarse. Allí, gracias a sus propuestas variadas, tiene cabida todo el mundo, desde quienes acuden para una comida o cena formal como los que optan por una cocina más informal, con platos o raciones de picoteo.

En el comedor principal tiene capacidad para acoger a 40 comensales y cuenta con una zona más privada para 20. Arriba, en las mesas del bar dan acomodo también a 30 pax en un local que busca ser "un punto estratégico de la hostelería bilbaina".