Seis activistas de Greenpeace han escalado la fachada del edifico Europa, la sede del Consejo de la UE en Bruselas, para mostrar un contador a tiempo real con la cantidad de bosque destruido en todo el mundo mientras los ministros de medio ambiente se reunían para discutir una propuesta de ley para abordar la deforestación provocada por la importación de materias primas desde la UE. Durante su protesta de unos 90 minutos, se destruyó en el planeta un área de bosque equivalente a la mitad de la capital belga, 1.750 hectáreas.

En 2020 el planeta perdió 51 millones de hectáreas de bosque, un área del tamaño de un campo de fútbol cada dos segundos, principalmente por la expansión de la agricultura industrial, muchos de cuyos productos se consumen en Europa.

Los ministros de Medio Ambiente están discutiendo sus posiciones sobre una propuesta de ley presentada en noviembre de 2021 por la Comisión Europea para reducir la contribución de la UE a la destrucción de los bosques. El contenido de la propuesta ha sido criticada por no proteger adecuadamente los derechos humanos, no brindar protección a otros ecosistemas de alto valor para la conservación, por omitir imponer obligaciones al sector financiero y dejar fuera muchos productos que tienen un alto impacto en la naturaleza, como carne de cerdo, pollo, maíz y caucho.

Las corporaciones están presionando contra los requisitos para rastrear los ingredientes de sus productos hasta el lugar exacto donde se cultivaron los alimentos o pastaron los animales, y los gobiernos europeos de países ricos en bosques amenazan con socavar partes de la ley para proteger a sus propias empresas forestales.

España, según el documento que el Gobierno de Madrid defiende en las negociaciones comunitarias, "tiene una gran dependencia de suministro exterior en cuanto a las materias agrícolas que regulará este reglamento", expone el informe gubernamental. Y luego abunda en que "las obligaciones de la futura normativa van a derivar en un aumento de los precios” y “un impacto directo negativo en los eslabones de la cadena de producción" que "restará competitividad a nuestros productores principalmente industria de alimentación animal, industria alimentaria y ganadería".

España es según la ONG conservacionista WWF el tercer país europeo que causa un mayor impacto en la deforestación, ya que supone la desaparición de unas 32.900 hectáreas de bosques tropicales cada año. La producción y consumo de soja, aceite de palma y carne de vacuno, son los principales artículos que explican esta situación.

Sini Eräjää, responsable de campañas de agricultura y bosques de Greenpeace UE, aseguró que "la demanda del mercado europeo de materias primas está provocando la destrucción de ecosistemas vitales para el planeta. Tenemos la oportunidad de poner fin a la responsabilidad de la Unión Europea en este grave problema, ofreciendo garantías a la ciudadanía de que nada de lo que hay en su cesta de la compra está relacionado con la destrucción de la naturaleza o los abusos de los derechos humanos. En lugar de escuchar las demandas de la industria para descafeinar la ley, los ministros deben asegurarse de que todos los productos que puedan proceder de la destrucción de los ecosistemas pueden rastrearse hasta la parcela de tierra donde se produjeron y proteger los bosques no solo de la tala para la agricultura sino también de la degradación de los bosques".

Greenpeace ha hecho un llamamiento a los ministros de la UE para que solucionen las lagunas y puntos débiles de la propuesta de ley, en lugar de debilitarlo aún más y garantizar que todos los ecosistemas estén protegidos, todos los productos cubiertos y los derechos humanos debidamente respetados.