No estaba muerto, ni tampoco de parranda. Sencillamente, cuando el foco mediático estatal desenfocó a su cuerpo y rostro, el maravilloso Agustín Bravo siguió ligado al mundo de la comunicación. ¡Pero en su tierra! De un modo más discreto, mucho menos expuesto, pero también más feliz. Como parte del equipo de Cadena Cope Sevilla, presentador de 'Bravo por Marbella' (un espacio de la televisión local malagueña), e imagen de la empresa Alquiler Seguro. Ahora regresa con fuerza como fichaje estrella de 'Supervivientes'.

A Agustín Bravo le ocurrió a finales de los 90 lo que sufrió Jaime Bores a comienzos del 2000, o lo que le sucede a Eva Hache en la actualidad, y lo que le ocurrirá a otros tantos profesionales de la tele a lo largo de la historia. ¡El efecto cámara y olvido! Que el medio audiovisual arrincone (sin previo aviso) tu buen hacer profesional, telegenia, artes escénicas... y no quede más remedio que abrir nuevas puertas, caminos, salidas profesionales. Porque la televisión enamora, embelesa y olvida a partes iguales. Bien lo exclama Huma Rojo (Marisa Paredes) en Todo sobre mi madre, el mejor film de Pedro Almodóvar: “El éxito no tiene ni olor ni sabor y, cuando te acostumbras, es como si no existiera”. Pero no siempre se acepta con serenidad y éxito. Decenas son los juguetes rotos Disney que así lo certifican. Pero nunca ha sido el caso de Agustín, quien desde que dejó atrás su época de éxito en el Telecinco de las Mamachicho ha continuado trabajando en los medios de comunicación.

Estos últimos años, además de ser uno de los colaboradores estrella de Herrera en Cope, ha ejercido como sustituto oficial del propio Carlos siempre que el almeriense ha tomado vacaciones. Todo un reto que Bravo supo aprobar con muy buena nota el pasado verano. Precisamente, muchos afirman que este es el motivo por el que Telecinco anunciaba por sorpresa su fichaje como participante de la actual edición de Supervivientes. Y según las malas lenguas, no sería la primera vez que la cadena de Paolo Vasile le hubiese ofrecido viajar a Honduras.

El concurso, sin duda, supondrá un fuerte relanzamiento para su carrera, que si la gestiona bien, con inteligencia, podría marcarse un buen Carlos Lozano. Sin dramas, novias, ni edredonings: Agustín sonríe feliz junto a su mujer, Susana Abad, y su hija Alejandra, de 13 años de edad. Sigue siendo el mismo Bravo que nos cautivó en el Telecupón junto a Carmen Sevilla (y sus eternas ovejitas).