ES el quinto año en el que la colaboradora de Zapeando ha dado la campanada con seis modelos diferentes, sí en singular, en plural llegarían más tarde con todos recuperados del primer impacto. Es cierto que en todas las cadenas la apuesta de vestuario se centra en ellas, no en ellos. Los presentadores de los últimos momentos del año siempre van correctamente vestidos de gala, esmoquin tradicional, solo varía el color de la chaqueta. Pasan menos frío y dan, por supuesto, mucho menos de qué hablar. Pero entre ellas, el cien por cien de las expectativas, las miradas y la mayoría de los memes son solo para una mujer, Cristina Pedroche. Si volvemos la vista atrás, éste puede ser su vestido más recatado y en el que menos piel exponía, aunque todo depende de los ojos con los que se mire.

¿último año? Dicen que las campanadas que dio Cristina Pedroche en la noche del martes al miércoles son las últimas en las que ella va a participar, que la aventura que comenzó en los últimos minutos de 2014 junto a Frank Blanco, se ha acabado. Ella nunca ha confirmado o negado que vaya a ser así. Es más, parece muy contenta de haberse embarcado en esta especie de espectáculo que se monta cada año alrededor de cómo va a ir vestida. Un espectáculo que ella alimenta en los días previos mediante provocaciones, que para unos son divertidas y otros juzgan de escandalosas.

Un año más ha vuelto a dejarnos con la boca abierta vestida y envarada, se movía con dificultad, con un diseño, que iba desde una versión siglo XXI de una diosa romana, de hecho, su nombre es Venus MMXX, a la representación humana de la estatuilla de los Oscar o al humanoide de la saga Star wars C-3PO. Para gusto, los colores. Quizá fue esta última, similitud la que antes imaginaron los espectadores que entre divertidos y, nuevamente, sorprendidos decidieron tomarse las uvas con la pareja formada por la Pedroche y Chicote.

al descubierto Una vez desechada la capa negra, también modelo Star wars, Cristina dejó ver una especie de armadura dorada, con una falda de seda negra. Oro en la escultura de Jacinto de Manuel, negro en la seda y los mitones que la acompañan era la composición de la ecuación de moda y buena suerte con la que Cristina Pedroche ha presentado las campanadas en Antena 3 y se mostraba así de emocionada: "Con esta escultura siento que me puedo comer el mundo, que soy invencible e imparable. Me siento más poderosa que nunca y muy orgullosa de todo mi equipo que me ha ayudado para brillar así y que ha hecho posible que este sueño se haya hecho realidad". Desde luego, brillar, brillaba, eso no lo puede negar nadie.

Hay quien opina en las redes que es el vestuario menos erótico que ha llevado en los cinco años que lleva presentando las campanadas, pero también se puede decir que es el más rompedor de los cinco modelos que ha lucido hasta ahora.

El proceso parece haber sido complejo, el artista De Manuel ha invertido más de 650 horas en realizar el vestido. Las explicaciones sobre cómo se ha hecho pueden perderse en diferentes moldes obtenidos del cuerpo de Cristina Pedroche. Lo importante para la cadena es que ella suba la temperatura con su vestido o no vestido y logre unas audiencias más que suficientes, aunque sepan que nunca van a ganar a La 1.

la evolución En la última noche de 2014, a muchos espectadores se nos escapó La Sexta. La cadena ya había presentado a los presentadores, Frank Blanco y Cristina Pedroche, ella había adelantado con sonrisa pícara que su vestido iba a dar mucho que hablar. Hasta entonces, solo nos fijábamos en el de Anne Igartiburu. Y sí, dio la campanada, un vestuario que dejó poco, nada, a la imaginación, barrió las redes sociales del primer día del año de 2015. Los tuits fueron de todos los gustos, algunos incluyeron insultos. Pero ella no se dio por aludida y respondió con descaro a muchos de ellos. Había nacido una? ¿estrella?

La Sexta ganó en audiencias a su hermana mayor, Antena 3. Le sacó 1,5 de diferencia y ese resultado lo tenía que aprovechar Atresmedia. Para dar la bienvenida a 2016, los elegidos del primer canal fueron Sobera y Pedroche. Estaba claro que el vestido o no vestido iba a ser protagonista. Salió con un minivestido de encaje blanco que dejó al presentador vasco sin aliento. El siguiente fue un corsé negro a modo de cabaretera, ya de la mano de Alberto Chicote. La expectación fue creciendo y cuando todos los espectadores pensaron que no podía ir más lejos, lo hizo. Seguro que todos recuerdan la capa roja que ocultaba un diseño de gasa y guipur que tapaba lo justo en los puntos justos. La audiencia había crecido exponencialmente, y ya no hubo más que hablar, la colaboradora de Zapeando iba camino de convertirse en un clásico y la cadena no estaba dispuesta a dar un paso atrás. "El primer año fue sin quererlo, y desde entonces estoy dentro de las conversaciones de los espectadores en Nochevieja. Entre que a uno les gusta el vestido que llevo y a otros no, yo feliz?", señaló a DEIA.

Antes de llegar a estas últimas campanadas, calentó el ambiente con espectacular bikini. A falta de las audiencias del primer minuto de este año, se puede decir que en las tres últimas temporadas Antena 3 ha multiplicado por tres los resultados. Quizá por eso es difícil que deje escapar, al menos durante un tiempo, a la colaboradora de Zapeando, a pesar de los rumores de su abandono. La permanencia como anfitriona del año que entra también realimenta otros trabajos de Cristina Pedroche. Ella sabe que durante meses va a estar en boca de unos y otros y que eso es bueno para su negocio televisivo. Además, también su marido, el chef con tres estrellas Michelin, David Muñoz, participa en el espectáculo y luce los trajes que antes ha llevado ella.

Las redes sociales llevan ardiendo desde ayer. Muchos son los que coinciden en relacionar a la Pedroche con el robot C-3PO de Star wars. En los comentarios, también se destacaba que este año, para variar, llevaba ropa, aunque fuera una armadura dorada que resaltaba las nalgas y el pecho.

Hay quien se ha metido con las dificultades que tenía para moverse: "He visto estatuas de Buda con mayor movilidad". También se han metido con el discurso ecologista con el que se ha despachado. Solo queda ver si está en la próxima edición y adivinar quién puede tomar el testigo.