BARCELONA. Tras ser cubierto con la tradicional txapela vasca y enfundado en una chaqueta de chef, Gabilondo ha recordado que "cuando tenía 17 años llevaba txapela, porque entonces, en los años 50, los jóvenes la llevaban habitualmente".

El periodista se ha sentido "muy honrado de estar en este club, un coro de gran categoría" y ha confesado que "todo premio me hace ilusión, y éste tiene la particularidad de evocar las raíces, pero es además estimulante".

Gabilondo ha asegurado que se siente "como en casa", después de ver los chuletones en fila. "Me ha rejuvenecido recordando que mis padres tenían una carnicería", ha explicado.

Para el periodista donostiarra, "el premio Txapeldun del año corresponde con una visión hedonista de los vascos, en el sentido de ganas de disfrutar de la vida, y de hacer proselitismo de ese modo de vida".

Ha entregado el galardón a Gabilondo el actor vasco Karra Elejalde, afincado en Barcelona y que precisamente hoy conocía su nominación como mejor actor en la próxima edición de los Premios Gaudí de cine.

En una intervención hilarante, Elejalde ha comenzado enumerando los anteriores premiados: Jordi Évole, Andreu Buenafuente, Mikel Urmeneta, Jon Sistiaga, Juan Mari Arzak, la ciudad de San Sebastián, Ainhoa Arteta, y él mismo.

Se ha preguntado qué valores son necesarios para ser Txapeldun; "no lo sabemos", ha continuado, para concluir: "seguramente ser vasco, pero no veo a Santiago Abascal como Txapeldun".

"No tenemos que perdonar ni a Évole ni a Buenafuente ser catalanes -ha continuado- por que sus padres no se gastaran el dinero en un tren para ir a parir al País Vasco o Navarra".

Ya centrado en el premiado, Elejalde ha dicho que "Ikaki Gabilondo ha creado escuela, es sincero, trasmite verdad, es contundente y muy comprometido, pero atesora un gran defecto, que no sabe callar".