Londres - Los duques de Sussex, Enrique y Meghan, siguen pensando el nombre que le pondrán a su recién nacido, con Alejandro, Jaime y Arturo como los favoritos de las apuestas mientras se espera saber si el bebé llevará el título de príncipe. La popular pareja y su niño pasaron ayer la jornada en privado, posiblemente en Frogmore Cottage, su casa en los terrenos de Windsor, después de que la duquesa, de 37 años, diera a luz el lunes en una clínica privada y no en casa como se creía, según los medios británicos. La llegada de otro bebé a la familia real ha generado una gran atención mediática en el Reino Unido, pero el principal foco de atención ha sido el pueblo de Windsor, donde los más monárquicos ya han dejado en las barreras de seguridad del castillo todo tipo de recuerdos, desde flores hasta banderas y osos de peluche. También en Londres, en las rejas del palacio de Buckingham y en la famosa torre de telecomunicaciones de BT, hay mensajes de felicitaciones y letreros luminosos que dicen: “¡Es un niño!”.

Apodado como Baby Sussex, el bebé aún no tiene nombre, a la espera de que se conozca posiblemente hoy, pero las casas de apuestas ya tienen los de Alejandro, Jaime y Arturo como los preferidos, aunque la gente también ha apostado por Spencer, Felipe, Carlos, Eduardo y Oliver.

A diferencia de los duques de Cambridge, los de Sussex decidieron no comparecer ante los medios con el bebé en brazos el mismo día del nacimiento. Aún no está claro si divulgarán hoy una foto del pequeño o si se dejarán ver en familia ante las cámaras de televisión. Según el tabloide Daily Mail, la antigua actriz estadounidense dio a luz en la clínica privada Portland de Londres, especializada en ginecología y obstetricia, pues el parto llegaba con retraso, lo que podía complicar un nacimiento en casa. Con 3,3 kilos, el pequeño está “para comérselo”, en palabras de su orgulloso padre. Puede no llevar el título de príncipe y ser conocido como conde de Dumbarton, uno de los títulos que la reina Isabel II le concedió a Enrique el día de su boda en mayo de 2018. Al niño tampoco se le puede llamar de momento “su alteza real”, dado que cualquier título monárquico está reservado en este caso a lo que decida la monarca, de 93 años, ya que la línea de sucesión más importante la posee ahora el príncipe Guillermo. En virtud de una regla establecidas por el rey Jorge V (1865-1936) en 1917, el tratamiento de alteza real y el título de príncipe o el de princesa están reservados exclusivamente para los hijos de la soberana, sus nietos de hijos varones y al nieto mayor del heredero al trono (el príncipe Jorge). Sin embargo, Isabel II decidió en 2012 que todos los hijos del duque de Cambridge ostentaran el título de príncipe o princesa, como se conoce ahora a Jorge, Carlota y Luis. - Viviana García