lUGAR de tránsito desde la antigüedad, por donde pasaba el Camino Real que comunicaba Bilbao con Castilla, Arrigorriaga ofrece al visitante espacios naturales como Mendikosolobarrena, restos del cinturón de hierro y una coqueta ermita, entre otros atractivos turísticos, además del camino denominado de las Piedras Rojas, que entronca con el pasado de la localidad vizcaina y nos zambulle en su historia y sus leyendas.

Arrigorriaga se ubica a orillas del Ibaizabal-Nervión, en la meriendad de Uribe, y algunas fuentes cuentan que debe su nombre a la famosa batalla de Padura, que tuvo lugar en el siglo IX, entre soldados del reino asturleonés y los vizcainos de la comarca. La heroica leyenda narra que fue tan cruenta que las piedras del río se tiñeron de color rojo sangre, lo que acabó por denominar a la localidad con su traslación al euskera.

Verdad o no, al igual que quienes relacionan el nombre con las piedras procedentes de los ricos yacimientos de hierro de la comarca vizcaina, Arrigorriaga ofrece un viaje al pasado con una ruta de alrededor de siete kilómetros y medio creada por el escritor Jose Luis Urrutia hace ya más de una década y que se puede realizar a pie de manera personal, sin límite de tiempo y con ocho paradas o hitos.

Denominada El Secreto de las Piedras Rojas, discurre por “los principales puntos de interés” del pueblo, a la vez que da a conocer su relación con el euskera y la mitología vasca. Partiendo de la estación de Arrigorriaga, el visitante podrá acercarse a la historia del entorno, a través de la ermita de Finaga (Basauri), donde fueron encontradas varias estelas de épocas anteriores a la romana y de Malmasín, y en cuya cumbre se asentaba un poblado fortificado de la Edad de Hierro.

La ruta planteada, que ha sido ampliada ya que inicialmente apenas llegaba a los dos kilómetros, visita la plaza del Ayuntamiento y la iglesia de Santa María Magdalena, que, según la tradición, alberga en su soportal el sepulcro de piedra donde descansan los restos mortales del príncipe Ordoño tras la citada batalla.

otros hitos También la pérgola del parque y su anfiteatro, que evoca la historia de las Juntas Generales de Bizkaia y el orden en el que eran nombrados los municipios que conformaban el Señorío en las reuniones junto al Árbol de Gernika, al igual que el puente Moyordin, que unía Bilbao con Castilla, el parque Barua, la kultur etxea y el frontón. En el camino de descenso se atraviesa el Parque de Montefuerte, en el que se conservan restos de las antiguas minas de hierro.