parís - El escepticismo afloraba ayer entre los especialistas de la moda, que asistían en París al regreso de Lanvin tras tres años de pesadilla para la marca. Sin embargo, su nuevo director creativo, Bruno Sialelli, logró despejar las dudas con una colección alabada por los invitados. El francés, formado en el diseño de teatro y posteriormente junto al Balenciaga de Nicolas Ghesquière y el Loewe de Jonathan Anderson, supo dar a la colección un concepto que sirvió como terapia de electroshock a un Lanvin más que marchito. Utilizando como marco el museo medieval de Cluny, en el centro del barrio latino de París, apostó por una silueta elegante y moderna, con pantalones vaporosos, amplios vestidos de seda estampados, superposición de volúmenes y una atractiva línea de marroquinería -hasta ahora el talón de Aquiles de la firma-. “Quería redefinir el armario de Lanvin. Empecé investigando los archivos y entendí que Jeanne Lanvin (la modista que creó la marca) era básicamente lo que hoy llamaríamos una mujer con estilo de vida. Ella empezó muy pronto a incluir looks de día, de tarde, hacía ropa deportiva, muebles... Creo que es una reflexión muy válida para Lanvin hoy”, dijo Sialelli, que introdujo también estilismos para hombre moviéndose en los mismos códigos, ha sido el primer diseñador de Lanvin en crear simultáneamente una línea para él y para ella.

elbaz Sialelli necesitará varias temporadas para afianzar este rumbo pero parte de un equilibrio que no se veía en Lanvin desde los años del diseñador israelí Alber Elbaz. La firma más antigua de París, creada en 1889 por Jeanne Lanvin, cayó en desgracia en octubre de 2015 tras el despido del diseñador israelí que durante quince años de éxitos había convertido la casa en un icono de elegancia. La falta de entendimiento entre Elbaz y los propietarios hizo visible una crisis empresarial de la que aún no han levantado cabeza tras acumular pérdidas millonarias y encadenar la contratación de varios directores creativos sin rumbo fijo. Pero tras tres años en caída libre, por primera vez la marca da señales de vida de la mano de Sialelli.