IAJEMOS dos siglos atrás de la mano de la Historia de la Noble Villa de Bilbao, donde Teófilo Guiard relata los orígenes de los primeros bomberos en la villa, si es que se les puede llamar así, habida cuenta que aquellos retenes originales estaban formados por diversos artesanos de la villa. Leamos cómo los describen: "(...) Se concreta la institución del cuerpo de bomberos. El año 1708 se hace nombramiento de trabajantes carpinteros, canteros, etc, como obligada a esta función: el año 1709 escrituraron con el concejo Simón de Rentería, y otros once maestros ensambladores, carpinteros, albañiles comprometiéndose a acudir a todos los incendios que acaeciesen en la Villa por tiempo de nueve años; su salario obligado cincuenta reales, con obligación de constituirse en dos compañías de a seis maestros para alternativamente rondar durante la noche. El año 1726 se registra la compra de una nueva bomba de incendios, y se mencionan existentes tres compañías de xaqueros para conducir agua; los cofrades de San José acudían asimismo en las ocasiones de incendios. El año 1784 acopiando estos elementos, se perfeccionó aquella institución (...)". Carpinteros, albañiles, canteros y otros artesanos eran los encargados, por tanto, de apagar los fuegos de un tiempo donde abundaban.

Las crónicas de la villa nos recuerdan que el incendio más notable de la ciudad durante este siglo acaeció el 2 de enero de 1797, fecha en la que se quemaron seis casas en Carnicería Vieja, pereciendo en el siniestro trece personas. Fue uno de las grandes tragedias de la época.

Puntualicemos algunos datos más, para el diseño de esta historia. En 1832, se creó una Junta de Incendios compuesta por el Corregidor de la Villa, dos regidores nombrados por el Ayuntamiento y dos individuos elegidos por la Junta General de Propietarios de Seguros Mutuos. Ya en 1858, surgió la Sociedad de Bomberos San José, embrión del actual Cuerpo de Bomberos de Bilbao. A mediados del siglo XIX, los bomberos de Bilbao ya eran personajes de más notoriedad, hasta el punto de que en el umbral de la puerta de cada casa habitada por un bombero se colocaba una tabla pintada en blanco donde estaba escrito en negro el número de su placa. Recordemos, por ejemplo, que en 1867 existía ya una compañía de bomberos de la invicta villa de Bilbao.

Que pase el tiempo, que pase. Lo que son los antiguos cuarteles de Garellano, en el barrio de Basurto, fueron construidos en las primeras décadas del siglo XX para acoger al Regimiento del mismo nombre que había ocupado, hasta aquellos momentos, la edificación existente en la zona del antiguo Convento Imperial de San Francisco y, con más precisión, en la esquina de las calles San Francisco con Conde de Mirasol.

Los cuarteles de Garellano fueron inaugurados en 1932, en el período de la República, aunque fueron visitados, con anterioridad, por el rey Alfonso XIII cuando estaban ya en un avanzado estado de construcción. En tiempos recientes y una vez trasladado el Regimiento a los cuarteles de Mungia, los edificios del establecimiento militar se convirtieron en la sede del Cuerpo de Bomberos y de la Policía Municipal de Bilbao. Allí estuvieron los bomberos de Bilbao hasta más allá del siglo XX, más en concreto hasta 2012, año en el que se produjo su traslado a las nuevas instalaciones de Miribilla, donde están a un paso de conmemorar una década.

El montaje es espectacular. En el edificio de prácticas se ubican una suerte de jaulas donde los bomberos ensayan con humo artificial en ejercicios de orientación. Aledaño a éste se sitúa un torre de 50 metros de altura que simula a un bloque de pisos con escaleras donde ensayan maniobras de rescate en condiciones complejas.

El edificio de grandes dimensiones esta dividido en dos partes, una con forma de estrella ocupada por la Policía Municipal, y otra de líneas rectas y base rectangular donde se ubican los Bomberos y el servicio municipal de ambulancias. Ambos volúmenes están unidos por una pasarela que aloja una biblioteca y un centro de documentación. Un gimnasio de última generación facilita la formación física de los bomeros de la villa, que cuenta, a su vez, con un equipo que participa en un sinfín de competiciones deportivas y exhibiciones. En la actualidad, la plantilla total del área de Protección Civil y Emergencias está compuesta por 234 personas, de las que 190 son bomberos y bomberas trabajando en el Servicio.

En las propias instalaciones, con una cocheras descomunales y la legendaria barra de bomberos. Los actuales camiones de bomberos transportan en cada salida, a seis profesionales de media: dos delante y cuatro detrás, además de un surtido de mangueras de diversas capacidades y las tradicionales vestimentas y materiales ignífugos. Entre ellos se encuentra, además de una botas cosidas al pantalón para reducir al máximo los tiempos al vestirse -cada minuto cuenta en las salidas de urgencia...-, un par de vehículos antiguos de bomberos y un coche de bomberos inglés, con el volante a la izquierda y una manivela de arranque por delante. A ello hay que añadirle una suerte de altar laico donde se exponen un escudo de Bilbao tallado y lacado por un bombero anónimo, una cenefa de azulejos de la anterior instalación de Garellano, de aire impresionista, y fotografías de ambas instalaciones. Un ayer y hoy del cuerpo de bomberos reflejados sobre la pared.