L 12 de diciembre de 1989 llegaba de ultramar la inesperada noticia de que había fallecido en los Estados Unidos el banquero Pedro de Toledo, antiguo presidente del Banco de Vizcaya, en aquel momento copresidente del BBV, resultado de la fusión del banco Bilbao con el Banco Vizcaya. Tenía 54 años, el mayor prestigio de todos los que regían los grandes bancos en aquel momento y una imagen admirable en lo profesional y en lo personal. Pedro Toledo, junto a Sánchez Asiaín desde la acera contraria del Banco Bilbao, había protagonizado uno de los capítulos más trepidantes de la banca en esta tierra: la fusión entre los bancos Bilbao y Bizkaia. Luego les cuento.

Pedro Toledo nació en Bilbao en 1935, hijo de Pedro Toledo Moreno, médico analista de Bilbao. Aunque su familia tenía una posición económica desahogada, no pertenecía a la oligarquía vasca (los llamados por aquel entonces hijos de Neguri), aunque sí compartió pupitre con la misma tanto durante sus estudios de primaria y secundaria en los agustinos y los jesuitas respectivamente, como más tarde en la Universidad de Deusto bajo el manto de legendario padre Bernaola, forjador de un buen número de cabezas pensantes en aquellas aulas. Aunque a Pedro, buen dibujante y amante del arte, le hubiera gustado estudiar arquitectura, su padre no le permitió ir a Madrid, y finalmente estudió derecho y económicas en la Comercial de Deusto, siendo unos de los alumnos más brillantes de su promoción. Tras su paso por General Eléctrica, la banca le llegó como una vocación tardía.

Sin embargo llegó a tiempo. Fue el gran impulsor de la banca comercial en la acepción moderna que todavía rige y participó decisivamente en el proceso de fusiones haciendo gala de un espíritu valiente y atrevido. Toledo encargó a Ángel Corcóstegui un estudio de cómo quedaría el panorama bancario después de la fusión con cada uno de los bancos con los que se podía realizar la operación, de sus ventajas e inconvenientes. Todo apunta a que dicho informe destacaba las ventajas de una posible fusión ente el Banco de Bilbao y el Vizcaya. En diciembre de 1987 se puso en marcha la denominada operación Tajo con una reunión fijada por Sánchez Asiaín y Pedro Toledo para el 7 de enero. Aparentemente el acuerdo, que se anunció el 21 de enero de 1988, se alcanzó con facilidad, aunque la decisión de quien presidiría la nueva entidad fue el primero de una larga lista de problemas que dificultaron el funcionamiento de la entidad el primer año tras la fusión. Y en medio de aquella vorágine la muerte le alcanzó.

Protagonista: Pedro Toledo.

Gesta: Hasta los treinta años trabajó en General Eléctrica, y al llegar al Vizcaya brilló enseguida y emprendió un ascenso vertiginoso hasta convertirse en consejero delegado primero y presidente después. El 7 de enero de 1988 Toledo apoyó la fusión para la creación del BBV. Un año después, fallecía.