Lo más importante es entender que estamos hablando de un servicio, algo que si tiene éxito económico va a revolucionar la forma de moverse por las ciudades y carreteras. No estamos hablando de la idea de Elon Musk (Tesla) de sustituir los actuales vehículos por los modelos que no necesitan conductor. Ya no será necesario comprar un coche, poco a poco diferentes compañías empezarán a ofertar diferentes servicios, algunos nos cobrarán la mitad a cambio de compartir con otros usuarios la cabina, otras concesiones nos propondrán una tarifa plana al año. Si te acuerdas de cómo eran las tarifas y servicios de la telefonía móvil en sus primeros años y cómo son en la actualidad te puedes dar cuenta de cómo va a ir evolucionando todo esto.

No es el momento de empezar a poner palos en la ruedas de estos coches, lo siento por la Asociación de Afectados por el Vehículo Autónomo de Google, pero esto es una realidad que en no mucho tiempo veremos por aquí. Y felicidades a la Asociación Atrapa Oportunidades de Negocio y a los políticos que van a entender las posibilidades que esto tiene de cara al futuro. El gobernador de Arizona, Doug Ducey, fue un pionero en crear la legislación que permite que estos vehículos se muevan por todo su Estado. Junto con California, Nevada y Florida ha puesto la alfombra roja a todas las empresas que se están dedicando a los negocios que tienen que ver con el vehículo autónomo. Lo primero que permitió esta ley fue crear la llamada microcartografía con todos los detalles de carreteras y ciudades que han permitido empezar a operar a estos servicios. ¿Te imaginas que el País Vasco es el primero en crear una ley que permita circular a este tipo de vehículos, que se empieza a realizar la microcartografía y que seamos los pioneros en crear una industria alrededor del vehículo autónomo en toda Europa y casi en el mundo? Tenemos las carreteras y las condiciones climatológicas propicias para hacer las mejores pruebas en todo tipo de escenarios.

Si de verdad queremos sacar los coches de las ciudades, si queremos reducir el número de accidentes automovilísticos de forma drástica y si queremos recuperar los puestos de trabajo que en un principio puede hacer perder el vehículo autónomo tenemos que ponernos a empujar y qué mejor que este momento de pandemia para reinventarnos. Ya no sirve sacar el famoso dilema ético por el cual el coche autónomo no podrá circular jamás: en caso de encontrarnos con la posibilidad de un atropello, mandamos el coche al barranco o nos llevamos por delante a un peatón. Yo lo tengo claro, no sé si voy a montar una startup alrededor de este nuevo invento, pero creo que ya he comprado mi último coche.

@juandelaherran