- Lionel Andrés Messi cumplió 33 añazos el día de San Juan. Lleva en el fútbol profesional, siempre con el Barcelona, desde 2004. Una eternidad para los madridistas. Y dicen que aún le queda cuerda para un par de temporadas más. Otro infierno de merengues. Durante el confinamiento, al contrario que la mayoría, se afeitó la barba. Sin los pelos colorados se le nota que anda con cara de nene vinagres. El Barça no carbura, su juego podría aburrir a un maestro de yoga, y va empatado con el innombrable Real Madrid. Sin ventaja. A esto se suma que Griezmann no toca bola y que Luis Suárez ha perdido mordiente. De ahí el cabreito de Messi. Está enfadado con el mundillo que le rodea. Y no le consuela haber batido todos los registros posibles de goles.

El rosarino anda contrito. Su frustración se manifiesta, además de en la cara de vinagres, en acciones poco habituales en él, como empujones o entradas duras. Hablamos imaginariamente de todo esto con el último fenómeno del fútbol.

Don Lío, sin paños calientes ¿Fue tarjeta roja lo de Yeray en el último partido contra el Athletic?

—Para naaaada. El chico entra duro, va al suelo, y me golpea fortísimo con su tobillo en los tacos de mi bota izquierda. A pesar de eso pienso que basta con que le cobraran fao y nada de tarjetas.

No me ha entendido, don Lío. Me refería a usted, a que le sacaran la roja a usted.

—Pero por qué. Si ni lo insulté, ni falté al referí, ni nada de eso. Lo más que hice fue dejarle un autógrafo en el tobillo al muchacho. Todo el mundo no lleva mi firma. Debiera estarme agradecido. Eso puede valer un dinero con el tiempo. Debiera tomárselo como un honor.

¿Está tenso por el juego del Barça?

—Ojalá. Pero no tenemos juego. Esa es la pega. Y luego, a medio partido, miras a los técnicos y parece la obra de teatro Doctor Jeckyll y Mister Hide. Está Quique Setién como sedado y Eder Sarabia hecho un basilisco. Un día de estos le van a tener que desanudar los brazos a Eder de tanto que los mueve.

Pues ni así mejora el juego del equipo.

—Qué va. Nos dedicamos a mover la pelota de derecha a izquierda y de izquierda a derecha tal que si estuviéramos esperando que los defensas rivales se duerman o caigan hipnotizados. Como no suele suceder eso, al final, me arriman el esférico a mi a ver qué me invento. Pero no siempre se me ocurre algo. Otras veces me duele la panza. O los chicos me sacaron malas notas en la escuela... y eso me afecta. Solo soy un ser humano.

¿Han barajado soluciones? ¿Algún fichaje?

—Eso son asuntos de la gerencia del club. Aunque he oído que ya están negociando un par de fichajes para lo que resta de liga. La primera es Anne Stesia.

¡Notición! ¿Van a incluir una futbolista en el primer equipo? ¿De qué juega?

—No es una futbolista. Anne Stesia es maga y muy del Barça. Especialista en hipnosis y telequinesis. Va a tener dos misiones. Por un lado, dormir a los defensas y centrocampistas contrarios, por ver si avanzamos. Ella se sentará sola en la grada, con su mascarilla, y a base de miradas, zasca, atontará a los marcadores. Por otra parte, intentará mover el balón con la mente para ver si así le llega a Griezmann, que no toca bola.

Me queda claro. ¿Y el resto de fichajes urgentes?

—Lo de toda la vida: un par de árbitros. Por lo que comentan hasta alguno de los VAR puede que fichemos. No será fácil, el mercado está muy copado por otros clubes blancos que no quiero citar.

¿Cuanta carrera le queda por delante?

—Muy poquita. Ya no me gusta correr. Que me den el cuero al pie y hago como que arranco moviendo la melenita. Ahora que tengo una edad prefiero darme paseos por el centro del campo, hablar con el cuarto árbitro, chillar al entrenador contrario, esas cosas.

Intentaba preguntarle por su futuro.

—¿Mi futuro? Multimillonario. Y a los multimillonarios siempre nos tratan como si midiéramos 1,85. A usted, en cambio, le veo chaparrito.