L protagonista de esta historia, hombre de cultura sobresaliente y humor chirene, recordaba con nostalgia una tarde en casa de Baroja, en la madrileña calle Alarcón. "¿Qué pasa por Bilbao?", me preguntó Don Pío, y yo le contesté que había muerto un adversario suyo, Don Resurrección María de Azkue. "No diga enemigo", replicó. "Nos hemos reconciliado".

Les hablo de Ángel Ortiz Alfau, crítico literario, escritor y fundador y director del periódico municipal Bilbao, quien se fue una mañana de abril de 2002, a los 78 años, sin decir amén. Al que fuera presidente de la Asociación de Amigos de Unamuno, no se le podría aplicar la sarcástica frase del insigne escritor bilbaino, "¿contra quién es ese elogio?", habida cuenta que Ortiz Alfau fue, sobre todo, una persona de bien, un bibliófilo, apasionado por los libros y la literatura.

Amante de los libros, sí. Y de los escritores. No en vano, era asiduo asistente a la tertulia bilbaina del Café La Concordia donde coincidió con Gabriel Aresti y Blas de Otero. Y amante del Negroni al mediodía, donde le escuché repetir, más de una vez, una frase que le había dicho Gabriel Celaya: "No hay nada peor que hacerse viejo y darse cuenta".

Ángel comenzó a marcharse cuando se fue su hermano Luis, el pintor. Para entonces ya había levantado su monumento bibliófilo. Su biografía profesional apabullaba: dejó firma en las revistas Musas, Indice, y El Abra, el diario Hierro, con su pseudónimo de Panurgo, dirigiendo una crónica literaria de referencia; fue creador de la editorial El Tilo, autor de muy variados títulos, Ortiz Alfau elaboró más de 50 libros a mano, destacando copia de El Quijote, en 1951, cuyo ejemplar se encuentra en la Biblioteca Nacional. En 1972 recibió el Premio Plaza y Janés en el Año Internacional del Libro y fue un apasionado bibliófilo que atesoró más de 20.000 volúmenes, más de dos mil de los cuales estaban dedicados por autores como Thomas Mann, Borges, Simenon. Dos Passos, Picasso y Dalí. Fue miembro de la RSBAP, socio fundador de El Sitio, miembro de The Arriaga Society of America y The Híspanle Society of America y en 1987 comenzó su apasionada singladura en el periódico municipal Bilbao. Empezó a refugiarse en los libros, como reconoció en alguna entrevista, por el horror de la Guerra Civil y el franquismo, que no acabó con sus convicciones republicanas. Su figura no se olvida entre los hombres y mujeres de letras de la villa.

Protagonista: Ángel Ortiz Alfau.

Gesta: Bibliófilo empedernido (más de 20.000 volúmenes en su rica biblioteca...) "para huir de los horrores de la guerra y el franquismo", Ortiz Alfau fue uno de los pesos pesados de la cultura en el Bilbao de la segunda mitad del siglo XX. Entre múltiples hitos cabe recordarle como fundador del periódico municipal 'Bilbao'