BILBAO. La liga francesa ya ha vuelto a la acción tras el parón de selecciones pero Neymar se encuentra en Bilbao. “He venido a ver lo de los saltos esos a la ría desde el Puente de La Salve. ¡Vaya show! Esta semana no he podido entrenar porque tengo inflamado el tercio medio del músculo pronador de la bolsa escrotal”, manifiesta la estrella del balompié. En otras palabras, ponerse a las órdenes de su técnico le hincha los mismísimos.

El brasileño responde con vehemencia a quienes le acusan de llevar una vida poco ordenada. “Soy una persona de costumbres y mantengo un horario estricto. Nunca me levanto antes de las 10.00 entre semana, luego me llevan dormido al campo, troto media horita, hago malabarismos con el balón durante diez minutos, cuento chistes a Mbappé otros cinco y, después, dos horas de sauna y masaje. Sauna de las de las instalaciones del club, claro, no me entiendan mal. Que yo, ni he ido jamás, ni volveré a ir, a otro tipo de sauna. Por la tarde, siesta. Y un paseo, para bajar la cena, hasta las cuatro de la mañana. Es cuando más bonito está París. Los días de partido lo mismo, pero sin entrenamiento. ¿Quién puede decir que eso no es una vida ordenada? ¿Eh?”.

Interrumpe la charla durante un ratito porque le acaban de traer una caipirinha. “Es lo mejor de la gastronomía de mi país. Mi modo de mantener vínculos con mi tierra. Me emociona”, sentencia.

Este ha sido un verano movidito para usted.

-No creas. Tampoco he ido a tantos festivales, raves y conciertos como otros años. Solo he podido asistir a unos 150. Otros veranos me he cortado menos. Me estoy haciendo mayor y voy sentando la cabeza.

Está bien saberlo, pero no me refería a eso. Apuntaba a los constantes rumores de fichajes por grandes equipos europeos.

-¡Ah! Eso. Si, ejem, me ha tenido estresadísimo todos estos meses. Uno es un proffffffssssssional... perdón, no es que me dé la risa, es que me he atragantado con cachito de piña? Jajaaffffff.

Ya, ya. ¿Decía?

-Que resulta estresante no saber dónde vas a andar de juer? Dónde vas a jugar el próximo año. Los clubes no nos tienen en cuenta. No consideran que somos personas con familia, amigos y disc-jockeys que dependen de nosotros. Es cruel que no puedas organizarte el circuito de salas de fiesta porque ignoras dónde vas a residir. No es lo mismo el ambiente de Turín que el de Barcelona, el de Madrid o el de París. Los directivos son unos egoístas que solo velan por sus propios intereses.

Se trata de un punto de vista a tener en cuenta, claro. Casi ficha por el Barcelona.

-Una pena. El Barça es un club que me gusta mucho: hace calor, hay playa, mar con agua templadita, buenas discotecas y restaurantes en los que celebrar los cumpleaños de los 250 miembros de mi familia y mis amigos.

Y, una cosita sin importancia, compartiría plantilla con varios de los mejores futbolistas del momento, como Ter Stegen, Messi, Griezmann?

-¿No fastidies que Messi sigue en el Barça? Ya pensaba yo que? Oye, ¿y quién es Griezmann, el entrenador?

El entrenador es Valverde.

-Jajajaaaa. Muy bueno. Que parece que no me entero de lo que pasa en el deporte pero me cosco de todo. Esa no me la clavas. ¡Valverde es ciclista!

Santo cielo. Bien, bien. O sea, que casi ficha por el Barça.

-Sí. Y casi por la Juve, casi por el Madrid? Y casi por el Athletic.

¡Venga ya! No cumple usted los requisitos.

-Tonterías. Cuento con muy buenos abogados y relaciones públicas. Mis abogados convencieron al Barça de que yo era barcelonista de toda la vida, cuando había fichado de menino por el Madrid. Eso es más complicado que conseguir un pasaporte vasco para mi papá. Que es del hincha del Vasco de Gama, aviso.

Son cosas que no tienen relación. En definitiva, que casi ficha por el Barça.

-Sí. Y el jeque casi me hecha del PSG. Todo casi. Este mes casi voy a entrenar. Jajajaaaaa.

Neymar se marca unos pasos de samba, tropieza, y cae desde la plataforma en la que realizamos la entrevista. La de los saltos a la ría. Tras el tremendo barrigazo sale a flote. No ha soltado el vaso de la caipirinha. “Me he lesionado”, grita antes de preguntar “¿Dónde hay marcha por aquí?”.