HEMOS sabido estos días que Facebook tendrá que pagar 5.000 millones de dólares de multa por no proteger los datos de sus usuarios. Es algo que más o menos preveíamos -no tanto la cifra-, dados los casos de Cambridge Analytica y el resto de escándalos de privacidad (en plural, sí). La severidad en las multas es importante, lo cual creo que nos debe dejar entrever que los reguladores se han puesto serios con estos asuntos. Estaríamos hablando, de confirmarse la cifra, ante la multa más grande que ha aplicado el Gobierno de Estados Unidos a una compañía tecnológica.

No obstante, pese a que algunas y algunos pudieran sufrir por la cifra, quizás debamos verlo como un coste operativo más en el caso de Facebook. Es decir, un coste que Facebook puede asumir para que el negocio siga fluyendo. Básicamente porque sus ingresos no dejan de crecer: en 2016 ingresó 27.640 millones de dólares; en 2017 40.650 millones; y en 2018, 55.840 millones. O visto de otra manera: esos 5.000 millones de dólares con los que le han multado es lo que ha ganado neto en los primeros tres meses del año. Tras conocerse la multa, las acciones de Facebook subieron hasta máximos del año y la compañía en global aumentó su valor en más de 5.000 millones de dólares. O visto de otra manera: ha aumentado su valor en la misma cantidad a lo que deberá pagar como multa. Obsceno, sí. Es bastante evidente que Facebook tiene todo el incentivo del mundo -económico, claro- para seguir compartiendo los datos de sus usuarios.

Prueba de lo rentable que es todo este negocio de tener las preferencias y hábitos de la gente es entender lo que Instagram sabe de nosotros. Facebook compró la herramienta social Instagram hace ya unos años. Esa aplicación fotográfica que tanto usamos cada vez que tenemos un momento disponible es una magnífica herramienta para ir aprendiendo sobre nuestro día a día. No solo recoge cómo navegamos por la aplicación, sino también qué vemos fuera de ella, desde dónde la abrimos, etc. Si queréis consultar todo lo que Instagram sabe de vosotros no tenéis más que ir a Configuración - Seguridad - Acceso a datos - Publicidad. Ahí veréis los presuntos intereses que tenéis, que es lo que en tiempo real está vendiendo Instagram de vosotros.

La mezcla de intereses entiendo que responde a múltiples cuestiones. En mi caso concreto, tras haber estado en el BBK Live 2019 durante el fin de semana del 11, 12 y 13 de julio, Instagram dice que me gustan los festivales de música, la música electrónica y la montaña. Ese mismo sábado tuve que ir a hacer las compras, por lo que Instagram también destaca mis intereses por los supermercados, el retail, la compra en tienda, y una serie de productos que efectivamente introduje en la cesta de la compra (!). También lista algunos libros que llevo días consultando en Amazon (!). Luego ya hay cosas genéricas como deporte, aventura, bicicleta o running, que forman parte de mi día a día.

La multa con la que iniciábamos este artículo está fundamentada en compartir datos con terceros sin notificárselo a los usuarios. El acuerdo de no traspaso de datos personales a terceros lo cerró Facebook con la agencia gubernamental regulatoria en 2011. Tras la multa, la agencia de la competencia americana le ha pedido que le informe en el futuro de cada decisión que tome respecto a los datos de los usuarios. Adicionalmente, deberá incrementar la vigilancia sobre aplicaciones de terceros. Entiendo, Facebook, ¿que esto de Instagram pudiera entrar dentro de ese paquete informativo que se te reclama o como es tuya no cuenta?

Supongo que admitir públicamente que Facebook ha fallado en proteger la privacidad de los usuarios es algo necesario. Pero además de admitir, quizás cabría pensar si no es hora de parar y volver a empezar. Facebook es demasiado grande y complicado como para solo regularlo.