HaBRÁN leído estos días que Facebook lanzará en 2020 su propia moneda. La ha llamado Libra. Se trata de una moneda digital, por si con las criptodivisas que teníamos no era suficiente. Facebook lo lanza con varias compañías privadas, que han aportado dinero a la causa. Destacan entre ellas algunas como Mastercard (!), Paypal (!), Visa (!), Spotify, Uber, eBay, etc. La compañía americana ha evitado a los bancos comerciales tradicionales, pero sí que ha mantenido conversaciones con los bancos centrales y los sistemas de regulación más relevantes. Parece que han entendido que las finanzas no van solo de tecnología, sino también de tener un marco estable de confianza en las sociedades.

No sabemos todavía muchos detalles sobre cómo será el funcionamiento de Libra. Facebook ha prometido una revolución, una reinvención del propio concepto de dinero. Pero así también comenzaron otras que en el camino lo único que han dejado es una pequeña variación en los sistemas de pago. Es posible que en el caso de Facebook haya algo novedoso: la comodidad. Hace unos días un ejecutivo de la compañía decía que enviar dinero será tan fácil como enviar mensajes de texto. Desde WhatsApp y Facebook Messenger se podrá intercambiar dinero desde la cartera digital.

¿Por qué saca Facebook una divisa? La misión de esta empresa lo dice todo: dar a las personas el poder de construir comunidades y hacer que el mundo esté más conectado. Quiero imaginar que Facebook habrá entendido que si nos conectamos para también comerciar, pagar y cobrar, podrá seguir haciendo el mundo algo más cercano. Y de paso, ganar dinero con las comisiones de transferencia de dinero, el cambio de divisas y los datos que de su uso generarán, claro. Lo que parece claro es que vuelven a cumplir su lema de “Muévete rápido. Rompe cosas”.

Hasta la fecha Facebook había roto los esquemas de confianza en lo que a la privacidad se refiere. Ahora parece que quiere romper los políticos -si no lo había hecho ya en procesos electorales- y sociales. En el documento de presentación de la divisa, Facebook enfatiza el interés por facilitar el intercambio de dinero en el mundo en desarrollo. Señalan que 1.700 millones de personas no tienen una cuenta bancaria (el 31% de la población mundial). Pero una gran parte de ellos, sí tienen Facebook. Facilitará las transferencias con un coste bajo o nulo. Se trata de sectores donde empresas de envío de dinero como Western Union tienen un nicho muy bueno. Ahí sí que puede tener sentido el movimiento, especialmente por la necesidad de Facebook de diversificar su actividad de la meramente publicitaria. Además necesita proteger un mercado donde China (con Alibaba y Tencent a la cabeza) no para de crecer. El mundo en desarrollo es un sector de la población mundial donde creo que priorizarán la disponibilidad de dinero a la privacidad. Dentro de 100 años ya veremos.

La preocupación histórica sobre las monedas tradicionales ha sido su inestabilidad: inflaciones galopantes e incertidumbres políticas han tumbado sistemas monetarios. Nadie usará Libra si sabemos que al día siguiente va a valer un 5 o 10% menos. Facebook dice que podrá cambiarse por otras monedas reales contra las que se vinculará con una tasa de cambio estable. Me preocupa si realmente estamos entendiendo los riesgos que conlleva una divisa así para la estabilidad financiera de una sociedad. Los sistemas de pago requieren de un respaldo de liquidez que dudo mucho Facebook pueda proveer. Ahí entran los estados, y su papel en los rescates, por ejemplo. ¿Entienden los países el potencial de Facebook? ¿Permitirán que empresas privadas con ánimo de lucro puedan poner en jaque el sistema financiero? Y otro efecto colateral: cuantas más críticas y amenazas recibe Libra, más sube Bitcoin, la criptodivisa por antonomasia. ¿Qué efecto estarán anticipando? ¿Manejan esta información los estados?

No podemos no regular en lo bueno -cuando no pasa nada-, y luego rescatar en lo malo. Esto bien lo sabemos por aquí.