N una entrevista con Efe explica la relación del color con las grandes marcas deportivas. Del rojo Ferrari al verde y violeta de Wimbledon, pasando por el azul gabarra del Athletic o el azul cielo del Manchester City. "Los colores son universales, puedes encontrarlos en todos lados, del producto más barato a la piedra más costosa. Por eso el arcoíris representa a la Humanidad. Los colores nos unen a todos", asegura Jean Charles de Castelbajac, que analiza el infinito potencial que adquieren los colores cuando se juntan con el deporte. Fe, espiritualidad, solidaridad e inclusión son elementos fundamentales para el diseñador francés, que trabajó para el papa Juan Pablo II durante la jornada de la Juventud de 1997, revolucionó el mapa de los colores de las cabinas de extra lujo de Air France y trabajó en el ámbito deportivo al realizar para Robe di Kappa la equipación de los atletas para los Juegos de Los Ángeles.

La pasión por los orígenes, por la cultura de una región o de una ciudad se refleja en el azul gabarra, la tradicional barcaza en que los jugadores del Athletic celebran sus títulos, o en el azul cielo de las camisetas del Manchester City, flamante finalista de la Liga de Campeones. "El azul es un color que da esperanzas, buenas vibraciones, especialmente en este momento", afirma De Castelbajac. "El azul cielo del Manchester City significa mirar al cielo. Manchester es una ciudad gris, con un clima feo, por eso buscan el cielo", destaca.

Atreverse, cuestionar la normalidad y buscar nuevas maneras para expresar su personalidad son elementos clave en la moda actual. Lo demuestra el cambio radical de algunas de las firmas más prestigiosas de diseño, que abandonaron los colores comunes para apostar por colores más excéntricos. Eran los años 70 cuando, por ejemplo, De Castelbajac aceptó el reto de convertir en moda los colores más pronunciados también en las clases más altas de la sociedad, donde primaba un mapa de color entre el blanco, el beige y el gris perlado. "Estoy orgulloso de ser el primero en romper esas reglas. En los años 70 los colores excéntricos no estaban de moda, pero un proyecto de mi vida fue traer el color a la primera clase. Ahora todos trabajan con colores, Prada siempre fue negro y ahora tiene mucho color. También Gucci hizo lo mismo", asegura. El rojo de Ferrari, símbolo de ganas de superación y mentalidad ganadora, el verde de Wimbledon, ligero, clásico y sostenible, y el azul del Athletic o del Manchester City, símbolo de esperanzas incluso en los momentos grises, le emocionan. Todo el mundo conoce el rojo de Ferrari, la escudería italiana que, nacida de una idea de Enzo Ferrari en Maranello, hizo historia en el mundo del automovilismo. En los años 90, el 85% de los coches de carretera vendidos por el Cavallino Rampante eran rojos. Símbolo de estatus y velocidad.

VERDE WIMBLEDON

Es el jardín del suizo Roger Federer, ocho veces campeón, y fue el teatro de algunos partidos que escribieron la leyenda del tenis, como el del triunfo de Rafa Nadal, precisamente ante el rey Roger en 2008. El verde de la pista de hierba, de los asientos, de los árboles y de los techos de los edificios del All England Club es un icono del deporte mundial. Símbolo de un mundo sostenible, fresco, tradicional y elegante. "Para mí es difícil hablar del verde, pero es un referente de la ecología. También representa la elegancia conectada con la naturaleza. Y además conlleva paradojas, porque algunos actores creen que les trae mala suerte", asegura. "El verde de Wimbledon se complementa con el morado. Es un color muy inglés, es chic y alternativo. No se ve el morado en España o en Francia, excepto en los edificios religiosos", añade.