Diana y Joel son jóvenes y enamorados. Un elemento entra en discordia, los celos, y un desenlace, una violación. Un abuso dentro de la pareja. El corto dura ocho minutos y pone en evidencia una forma de agresión que muchas veces no es contemplada como delitos. Ese abuso infringe los límite de la mujer, es una acción no consentida, pero en ocasiones no percibida como un acto punible y totalmente rechazable. Tanto Claudia Traisac como Javier Morgade quieren dejar claro con este rodaje que es importante la comunicación, la educación y, sobre todo, que en una relación impere la confianza. La actriz señala como necesario potenciar la educación sexual y emocional desde edades tempranas.

¿Cómo es Diana?

—Una chica muy normal y muy sencilla. Ella quiere que vaya todo bien con su chico y va a cenar con él con mucha ilusión. Diana es una chica que podría ser cualquiera de nosotras.

¿Le impactó el corto cuando se lo ofrecieron?

—Me impactó y me hizo mucha ilusión que se fijaran en mí para participar en esta campaña. La iniciativa que hace Cosmo para este día me parece interesante y también necesaria. Como actriz me parece un lujo hacer algo que tenga un sentido tan importante como es denunciar la violación dentro de la pareja.

Es un lujo, pero a la vez esos ocho minutos son duros.

—Es un lujo que algo que tú hagas sirva para generar debate y conciencia. Tratar estos temas debe entrar dentro del concepto de educación, debe ser una forma de intentar que casos como el que se cuenta en la relación de Diana y Joel no ocurran, y que cuando ocurran sean denunciados.

No es tan frecuente que se denuncien estas violaciones o que sean consideradas como tal.

—Estamos muy acostumbrados a ver solo un tipo de violación. Es necesario concienciar sobre todo tipo de abusos que se producen en una relación de pareja. Todo parece más sutil y hemos sido educados para no tener en cuenta este tipo de agresiones. La falta de consentimiento sea dentro o fuera de la pareja es una violación. Me parece muy importante hablar de este tipo de comportamientos que se producen dentro de un espacio donde debe prevalecer la confianza. Tenemos que tener herramientas suficientes para darnos cuenta de cuándo nos está ocurriendo.

¿Dónde está el fallo para que a día de hoy, en pleno siglo XXI, sigan ocurriendo estas agresiones en una relación sentimental?

—El silencio. Tiene que quedar claro que para toda relación sexual tienen que prevalecer unos límites y, sobre todo, tiene que haber un consentimiento mutuo.

¿Cree que estas agresiones tienen franja de edad?

—Pienso que estas agresiones no tienen edad. Leía hace unos días que en Estados Unidos se había declarado delito la violación dentro del matrimonio hace poco tiempo. Se aceptaba que era normal que la mujer fuera propiedad sexual dentro del matrimonio. Es un tema del que se ha hablado poco y al final se ha generado su aceptación.

¿Agresiones sin nombre?

—Eso es. Hay que llamar a las cosas por su nombre. Son muy importantes las primeras relaciones en la adolescencia y cuando eres joven. Hay muy poca educación sexual y emocional, se va muy a ciegas en las primeras relaciones sexuales que tenemos. Aun así, creo que este tipo de comportamientos agresivos dentro de la pareja lo podemos encontrar en cualquier franja de edad.

¿Fue difícil interpretar el papel de Diana?

—Me pareció difícil en cuanto a la vulnerabilidad que provoca. Sientes la fragilidad del personaje en un momento dado. El rodaje duró un día y después estuve triste. Me tocó muchas cosas por dentro el personaje de Diana. Es verdad que el guion estaba muy bien escrito. Me sentí muy bien con mi compañero (Javier Morgade). Cuando tiene sentido lo que haces es muy fácil trabajar, puede ser duro o un reto, pero piensas que puede servir para concienciar a otras personas.

Cambiando de tema. Empezó muy joven como actriz. ¿Casualidad o vocación desde niña?

—Sí, empecé con doce años. Siempre me había sentido atraída por los ambientes artísticos. Estudié música, también teatro desde muy pequeña en el cole. Me puse tan pesada que mis padres me llevaron a una agencia y me salió mi primer papel. Fue con Carlos Saura, un sueño.

Tiene 27 años y un currículo que impresiona.

—He tenido suerte y también es cierto que estoy enamorada de mi profesión. Disfruto con cada personaje que me dan. No me puedo quejar.

Uno de sus trabajos ha sido 'La llamada'. ¿Le gusta la interpretación unida a la música?

—Es uno de mis proyectos favoritos, pero no considero La llamada un musical al uso. Hice Hoy no me puedo levantar, y recuerdo ese musical como una experiencia increíble, alucinante. Pero ahora mismo, no es hacia ese terreno hacia donde me gustaría llevar mi carrera. Te diré una cosa, disfruto cantando y actuando. Es que tengo un defecto, me gusta todo lo que me ofrecen. Ja, ja, ja€

Su nombre está en series como 'El Príncipe', 'Vivir sin permiso' 'Alta mar', 'Apaches', 'Cuéntame'€

—Soy una chica con suerte en el trabajo. Me he dado cuenta ahora, cuando estábamos confinados y tenía tiempo para pensar. Desde pequeña he estado en proyectos que me han aportado muchísimo. Es increíble pensar que puedo estar viviendo de algo que a mí me parece tan especial.

¿Qué proyectos tiene ahora entre manos?

—Ahora mismo no tengo ninguno en firme. Estoy haciendo pruebas, casting, lo habitual. Como este año está siendo tan raro y diferente para todos, me estoy dando un poco de espacio. Me estoy tomando un poco de tiempo para mí. Me ha hecho ilusión hacer este corto, aunque solo ha sido un día de rodaje esta iniciativa me gusta. ¿Sabes? Cuando me llamaron, ni me lo pensé, dije sí a la primera.

¿Dio muchas vueltas a la forma de afrontar a Diana?

—Quedé con Javier, no nos conocíamos, para tomar un café y estuvimos toda una tarde hablando. Compartimos momentos en el que nos pudiéramos haber sentido como los personajes. Dimos vueltas a cómo queríamos contar esa relación y cómo afrontar el momento en el que se produce todo.

¿Ha sacado conclusiones sobre el corto que vamos a ver a través de Cosmo?

—Sí. He aprendido mucho sobre la necesidad que hay de imponer tus límites, sobre lo importante que es el consentimiento. Sé que he repetido mucho lo del consentimiento, pero es que me parece que es uno de los puntos esenciales, quizá el que más. También me he dado cuenta de lo importante que es la educación sexual y la poca atención que se le dedica. Con Diana he aprendido hasta dónde puede llegar una relación tóxica.

¿Se ha sentido en alguna ocasión tan vulnerable como su personaje?

—Sí. El momento en el que decidí hacer ese personaje, leí el guion con dos amigas mías y nos pusimos a llorar porque algún momento de nuestra vida se podía llegar a comparar y podíamos sentirnos, en cierta forma, identificadas con Diana, con mayor o menor sufrimiento, con mayor o menor gravedad. Vivimos en una sociedad que ha normalizado muchas cosas que tendrían que ser consideradas delito. Vivimos en un mundo en el que la mujer se ha visto, se ve, obligada a hacer cierto tipo de cosas con la que no está de acuerdo.

Uno de los fallos está también en cierta falta de comunicación en la pareja respecto a algunos temas.

—Totalmente de acuerdo. La falta de comunicación puede situar a la pareja en una situación de vulnerabilidad. Lo que no puede ser es que el abuso sexual en la pareja sea aceptado por la sociedad.

¿Cómo tendría que ser una buena educación sexual?

—Diferente a lo que se ha visto hasta ahora. Tendría que ser una educación sexual que esté dirigida al placer mutuo, al femenino y al masculino. Leía hace poco en un libro de psicología que las relaciones sexuales es mirar al otro y ver que todo está fluyendo adecuadamente. Me encantaría ir con este corto a colegios y a institutos. Hablar con los adolescentes.

¿Contaría sus experiencias?

—Sí. De eso se trata, de hablar de lo que te ha pasado a ti, de cómo te has sentido en algunos momentos. A mí me hubiera gustado que alguien me hubiera contado ciertas cosas cuando era adolescente. Es un momento muy loco y un tiempo en el que te encuentras muy perdida.

"Hay poca educación sexual y emocional, se va a ciegas en las primeras relaciones sexuales que tenemos"

"La adolescencia es un momento muy loco. Es importante que alguien te hable de sus experiencias"