- Diego San José asume el rol de showrunner en solitario en Vamos Juan, la segunda entrega de la sátira política Vota Juan que creó hace un año junto a Juan Cavestany. Y llega en un momento ideal, con toda la población sin poder salir de casa y necesitada de nuevas producciones. Una situación que como confiesa el creador apenas ha cambiado su día a día: "Los guionistas siempre trabajamos desde casa, así que es gracioso ver ahora a todos igual que nosotros".

Maratón en tiempos de coronavirus. ¿Está a favor de liquidar en una tarde todo el trabajo de varios meses?

—A mí me parece muy guay. La idea original antes del virus era emitir dos capítulos cada domingo, al igual que se hizo con la primera temporada. Lanzarla del tirón surge de una situación en la que está todo el mundo confinado en casa y en la que las líneas de entretenimiento llegan de las ficciones que vemos, por lo que con una serie como esta, con capítulos tan cortos, los espectadores tienen el tiempo y el cuerpo para empezar uno y acabar viendo cuatro. Es cierto que son muchos meses de trabajo, prácticamente un año de tu vida, y que en un domingo por la tarde ya esté todo vendido cuesta digerirlo, pero creo que las series tienen una vida prolongada más allá del estreno.

¿Ha tenido tiempo de pensar qué haría Juan Carrasco, el personaje que interpreta Javier Cámara, en una situación como esta?

—Sí, lo he pensado mucho. Juan Carrasco representa la cobardía y la falta de moral absoluta, así que sería uno de estos políticos que se han hecho tres veces la prueba del coronavirus y por supuesto se protegería a sí mismo por encima de las medidas. Enviaría un mensaje de tranquilidad pero desde un búnker termonuclear en las Bahamas.

'Vamos Juan' arranca dos años después del final de la primera entrega y Juan ha abandonado la política. ¿Los políticos dejan de ser políticos alguna vez?

—Creo que para alguien que ha sido político, o más si ha sido ministro como es el caso de Juan Carrasco, es muy difícil decirle a tu cabeza que esa fase de tu vida en la que has tenido poder e influencia y respeto de la gente se ha quedado atrás. Eso, unido a lo que habla esta segunda temporada, el rencor, hace que Juan quiera volver. Y lo hace como muchos políticos reales, más movidos por la venganza y por el demostrar a sus excompañeros que lo que pueden hacer ellos él también lo puede hacer que por un convencimiento de que con él las cosas se van a hacer mejor. Esta reflexión está detrás de muchos partidos políticos nuevos. Cuando yo era pequeño era súperextraño que saliera un partido nuevo y hoy en día pasa lo contrario. La misma ideología puede tener 7.000 marcas diferentes.

Juan vuelve, por lo tanto, con un partido nuevo que él mismo crea, pero ¿ya hay alguien dispuesto a financiarle?

—Utilizamos el pretexto de que Juan quiere crear un partido para realizar un recorrido por esa parte de la política que ni siquiera podemos votar. Hemos intentado hacer una road movie de la democracia en el sentido de que desde que tú quieres crear un partido hasta que finalmente lo tienes has de pasar por una serie de etapas muy poco glamurosas basadas en hacer la pelota y en decir en lo que los demás quieren escuchar.

Para esta segunda temporada cogen también mayor fuerza las mujeres en la vida de Juan.

—Sí, en la fase creativa que separa la primera de la segunda temporada nos fijamos en aquellas cosas que creíamos que podíamos mejorar y una de ella era la de dos personajes que podían tener más peso: una es la del rol que interpreta María Pujalte, en el que al no tener constituido un partido como tal se convierte en un escudero de Juan, y otra es el de su hija, el personaje que interpreta Esty Quesada, que pasa a ser su community manager. Y a ellas le hemos sumado a Oti Manzano, que se convierte en una víctima del sistema de Juan.

Con el ascenso de Esty Quesada, ¿Juan también descubre el poder político de las redes sociales?

—Sí, porque es algo que está ahí y que me da muchísima lástima. No solo la influencia que tienen las redes sociales, sino también la imagen más superficial de las personas en la que lo que más importa es ser capaz de dar réplicas ingeniosas en Twitter. Me parece una versión abaratada del concepto de política que teníamos hace años. Hoy en día, conocemos más a los políticos por su ingenio en redes que por el número de medidas que hayan llevado a cabo en el Congreso. Juan Carrasco es un político de una generación anterior a la actual al que le ha pillado el tren de las nuevas tecnologías y está totalmente desorientado. Ahora se vive una política de políticos altos, guapos o que al menos tiene pelo, que es algo que me llama mucho la atención. Cuando yo era pequeño había muchísimos políticos calvos y con bigote, y ahora no existen.

¿Recibisteis muchos comentarios de políticos durante el estreno de la primera temporada?

—A Javier Cámara, como es la cara visible del proyecto, sí que le comentaron muchas cosas. Y lo mejor es que, al igual que ya nos pasó en su día con Vaya Semanita, todas las cosas que nos dice alguien implicado directamente en la política siempre las interpreta como que nos estamos riendo de su opositor. Alguien de izquierdas nos dice que qué descojono y qué caña le damos a la derecha y alguien de derechas nos dice lo mismo pero con la izquierda.

¿Es más necesaria que nunca la sátira?

—La sátira siempre es necesaria, incluso cuando los tiempos son buenos. Hay una teoría que dice que cuando las cosas están mal hay una mayor necesidad de sátira, pero yo creo que cuando la gente está feliz quiere reírse todavía mucho más. El disfrute de la visión crítica de lo que te rodea es necesario. Por eso en épocas de bonanza las comedias funcionan mejor. En todo caso, sí que creo que cuando las cosas van mal la sátira es más fácil de hacer.

Volviendo a esta segunda temporada, creo que la han ideado para que actúe como sí misma y no solo como una continuación, y para ello la han hecho más oscura y ácida.

—Sí. No hay nada más divertido para un guionista que pensar algo nuevo, por lo que idear una segunda entrega de algo que ya existe le quitaba la gracia. Por eso decidimos irnos dos años adelante y colocar un universo totalmente nuevo, lo que permite que se pueda ver Vamos Juan sin haber visto antes Vota Juan. Por ese motivo también cambiamos el título y el tono. Vamos Juan es más oscura, más madura y adulta.

La elección del eslogan también habla de una política más contemporánea.

—Sí, de hecho el Vamos es de Ciudadanos, pero lo hicimos sin darnos cuenta y al enterarnos nos dio igual ya que estamos tan separados de la realidad y hay tan pocos guiños a ella que creíamos que no nos iba a afectar. Pero el Vamos también tiene algo de sopapo y espabilar, de que Juan esté dando clases en Logroño y se le diga que tiene que reaccionar.

Entre los nuevos fichajes de esta segunda temporada están Anna Castillo, Jesús Vidal, José Manuel Cervino y Alberto San Juan. Algunos de ellos solo salen en un capítulo, ¿no?

—Menos Cervino y Vidal, todos salen en uno solo. Vidal incluso pasa a formar parte del equipo, es el jefe de campaña, y su padre es Cervino, un empresario del Opus que quiere colocar a su hijo a cualquier precio. El resto tienen una colaboración muy importante pero en un solo capítulo. San Juan es un astronauta que ahora es ministro de ciencia y Anna Castillo aparece en el capítulo en el que Javier Cámara debuta como director y tiene un papel como de hada madrina.

Efectivamente, Cámara, además de ser el protagonista, ahora es director, ¿nadie se atrevió a decirle que no?

—En realidad nos pasó al revés. Jaivier ha sido dirigido por grandes directores como Sorrentino y Almodóvar, por lo que rodando la primera temporada nos dimos cuenta de que disfruta mucho como espectador de por qué se hacen las cosas de cada manera detrás de las cámaras. Lleva tantos años siendo dirigido por gente muy buena que se notaba que sabía de dirección, por lo que se lo propusimos nosotros. Al principio le dio pudor, sobre todo porque también tenía que salir en pantalla, pero le acabamos convenciendo y al final se lo ha pasado en grande. Creo que Javier va a ser director de cine y es un orgullo pensar que haya empezado en una serie en la que yo he trabajado.

Otro de los que dirige algunos capítulos es un viejo compañero suyo, Borja Cobeaga.

—Borja no estuvo en la primera temporada por cuestión de fechas, pero para esta sí podía y para mí es una facilidad que siempre que pueda esté. Para un showrunner lo más complicado es hacer entender lo que quieres y la ventaja con Borja es que yo me podía ir a casa y dejarle a él trabajando en exactamente lo que yo quería hacer. Nos conocemos de sobra.

¿'Vamos Juan' es en definitiva una comedia de las cosas tristes?

—Sí, y es algo que me pasa últimamente con casi todo lo que escribo. Si me dejan escribir en libertad y no para un producto que tiene que ser súpertaquillero me encantan las comedias de las cosas tristes. Creo que es la comedia más realista, porque nadie tiene un mes de su vida totalmente feliz o totalmente triste. Ni las cosas buenas son eternamente buenas ni las tristes son siempre tristes. Escribir así es escribir de cómo entiendo yo qué es la vida. Prefiero que una comedia nazca en un funeral a que lo haga en una boda.

Disponible en: TNT, mañana en un maratón especial a partir de las 15.45 horas y a partir del lunes bajo demanda.

Número de capítulos: Siete episodios de 30 minutos aproximadamente.

Creada por: Diego San José, con la dirección de Borja Cobeaga, Víctor García León y Javier Cámara.

Intérpretes: Javier Cámara, María Pujalte, Adam Jezierski, Pedro Ángel Roca, Joaquín Climent, Cristóbal Suárez, Yaël Belicha, Esty Quesada, Oti Manzano, José Manuel Cervino, Alberto San Juan, Jesús Vidal y Anna Castillo.

Sinopsis: Han pasado dos años desde que Juan Carrasco, exministro de Agricultura, tocara las más altas cimas del poder. Ahora, alejado de la actividad política, lleva una vida sencilla como profesor de biología en un instituto de Logroño. Sin embargo, ni su ambición política ni su vocación de servicio público se han apagado. Consciente de lo mucho que aún le queda por aportar, decide dar un paso adelante: reunir a su equipo de confianza, volver a Madrid y fundar un nuevo partido. Para lograrlo, Carrasco tendrá que luchar por encontrar financiación y enfrentarse los poderes establecidos.

"Cuando era pequeño era superextraño que saliera un partido nuevo y ahora es lo contrario. La misma ideología tiene 7.000 marcas"

"Hoy en día conocemos más a los políticos por su ingenio en redes que por el número de medidas que hayan llevado a cabo en el Congreso"

"Ahora se vive una política de políticos altos, guapos o que al menos tienen pelo: cuando era niño había muchos políticos calvos con bigote y ya no"

"Javier Cámara lleva tantos años siendo dirigido por gente muy buena que sabe de dirección, por lo que le propusimos dirigir"