AN transcurrido XXI siglos entre la actualidad y la historia que hoy vuelve a Movistar+, pero parece que la sociedad no ha evolucionado mucho. Hay hijos de papá como Manio (Julián López), vago, débil y caprichoso. Gente a su lado que le saca las castañas del fuego como Agorastocles (Xosé Touriñán), su esclavo. Este periódico ha hablado con sus protagonistas, uno de los directores, Nacho Vigalondo y sus creadores: Montero y Maidagán.

En la segunda temporada, la vida se le complica aún más a Manio. La guerra civil, asesinatos, secuestros, la epidemia de gripe, los tracios, las tracias, espías, maridos suspicaces, bardos, un gigante, un augur (sacerdote de la antigua Roma) que chochea, Marco Antonio -también más allá que acá-; Octavio, con Hitler, extraterrestres€ Justo antes de Cristo, muy a pesar de sus personajes, cierra su ciclo vital con esta entrega. "Podríamos estar haciendo episodios de romanos hasta la eternidad, pero no, todo tiene que acabar", señalan Montero y Maidagán, creadores de esta ficción.

"Esta historia tiene unos cuantos años, unos quince más o menos. Hace tiempo hicimos unos sketchs de romanos para Paramount y la verdad es que nos encontramos con un filón que podíamos explotar de alguna forma. Nos pusimos a escribir la vida cotidiana de un campamento de romanos. Todo esto ocurrió cuando nos quedamos en paro y escribimos un piloto y una biblia. El tema ha estado parado durante años y años, nadie nos la quería comprar", señalan los creadores de Justo antes de Cristo. Ambos son conocidos por haber estado en la primera temporada de Camera café.

Quince años después, Movistar+ dio el visto bueno y saltó a la pantalla. A la pregunta de si tiene paralelismos con la actualidad, ambos ríen. "Es que los vicios, las miserias, las corrupciones, el amor, el desamor, la infidelidad y las pequeñas y grandes canalladas son iguales en todas las épocas. Cambian los escenarios, los tiempos, pero no los sentimientos", comentan Montero y Maidagán. "Cuando nos pusimos a hacer esta serie, la premisa es que no habíamos cambiado nada en veintiún siglos. El ser humano sigue siendo igual de mezquino, los romanos de la Antigua Roma tenían los mismos malos y buenos valores que ahora. Nos hacía gracia encajar las neurosis que sufrimos actualmente en un grupo de locos romanos".

Esta serie se ha grabado de un tirón y las dos temporadas se hicieron a la vez. La primera fue estrenada en 2019 y esta, la de 2020, cierra el ciclo romano. Incluso hay una pandemia de gripe, posiblemente ninguno de estos términos existía hace veintiún siglos, pero lo cierto es que una grave enfermedad con síntomas gripales causa estragos en el campamento romano: "Es cierto, pero todo es una casualidad. Como hemos comentado, la historia está escrita hace quince años, está grabada hace tiempo. Pero justo se va a estrenar en unos momentos en los que lo estamos pasando muy mal por el coronavirus. Usar este tema como promoción puede ser de muy mal gusto", comentan los dos.

Pero ¿qué dicen los historiadores?: "Es una serie que ha sido vista por expertos y nos han dicho que tiene los valores morales de la Roma Antigua. Nosotros no pretendíamos hacer una historia que sirviera para el estudio de una época, queríamos divertirnos y pasárnoslo bien escribiendo sobre unos personajes y ver cómo estos se movían en una sociedad teóricamente muy diferente a la nuestra. Pero nos hemos dado cuenta de que no, que el ser humano no ha cambiado tanto en los últimos 2.000 años", aseveran Montero y Maidagán. Si queremos buscar parecidos razonables con los personajes principales, ambos contestan con humor: "Cualquiera. La diferencia está en que hoy gracias a psiquiatras y psicólogos, la gente como Manio tiene cura. En aquella época, la locura había que comérsela a pelo. Nosotros mismos podemos ser Manio".

Por su parte, Julián López, el protagonista, se considera una víctima del sistema de la época: "Manio tiene un drama en su vida, no todo es diversión, no sabe qué hacer con ella y todos sus deberes los deja para el día siguiente. Que nadie me diga que no es una vida difícil y que lo tiene todo muy cómodo y resuelto", parece que ser un pijo romano también tenía sus complicaciones y que los dioses, los augures y su padre, apodado El Magnífico no veían con buenos ojos sus tendencias hedonistas. "Es un incomprendido", remata divertido.

A su lado está su fiel esclavo y escudero, Agorastocles, personaje interpretado por el actor gallego Xosé Touriñán: "Yo soy el que le salva el culo a Manio en todas las batallas y él quien al final se lleva la gloria. Pero bueno, mi papel es estar a su lado y dejar que se ponga las medallas. Más o menos como ocurre ahora en muchos casos", dice Touriñán riéndose. Para él esta historia ha sido muy divertida y, aunque está terminada, le habría gustado que fuera como un Cuéntame de romanos y hubiera durado mucho más.

Nacho Vigalondo, ha dirigido varios capítulos de esta segunda temporada, se siente muy satisfecho de este trabajo: "¿Quién iba a decirme a mí que me iba a meter en una historia de romanos? Ha sido increíble. Es una historia para reírse y también para sacar conclusiones sobre lo poco que hemos cambiado en los últimos veinte siglos, es que seguimos igual. Cometemos los mismos errores y tenemos las mismas pasiones".

Hoy, Manio volverá al ataque Justo antes de Cristo y pondrá en jaque el sentido común de todos los que le rodean, incluidos los dioses romanos que ven con desesperación cómo este patricio desperdicia su vida: "Al final, se reconcilia con su padre y todo se arregla. La historia ha terminado", sentencian sus creadores.