UNA buena dosis de carcajadas llenas de terror y un retrato del momento actual. Eso es Los muertos no mueren, el último largometraje de cineasta Jim Jarmusch, como una mirada personal al género de zombis, siempre en clave de comedia. El filme cuenta con un elenco que reúne a sus colaboradores habituales de Jarmusch, como Bill Murray, Adam Driver, Chloë Sevigny, Tilda Swinton, Iggy Pop, Steve Buscemi o Tom Waits; y nuevas incorporaciones como Selena Gomez, Danny Glover, Caleb Laundry Jones y Carol Kane.

“Toda historia de zombis es en alguna medida una metáfora, porque representa la conformidad humana o alguna otra tendencia; entidades andantes sin alma”, explica Jim Jarmusch, que comenzó a escribir el guion hace años, antes incluso de rodar su anterior largometraje, Paterson (2016). Y cuando vio las calles repletas de zombis pegados a su pantalla del móvil, se preguntó: ¿Y si los muertos volvieran a la vida obsesionados por lo mismo que les preocupaba cuando eran personas normales y corrientes?

Eso es lo que sucede en Los muertos no mueren, ambientada en una localidad de Centerville en la que pasa algo raro: la luna está permanente, los animales se comportan de forma extraña... Y, de repente, llega una terrorífica invasión: los muertos ya no están muertos y se alzan sobre sus tumbas para atacar salvajemente a los vivos y devorarlos. Y claro, los lugareños, que hasta el momento creían vivir una vida apacible, se ven obligados a luchar para sobrevivir.

“Hacía mucho tiempo que Jim no escribía una comedia deliberada y, aunque hay cierto nivel de humor físico en la película, emplea convenciones del género de terror para reírse de la absurdez de los tiempos que vivimos”, avanza Carter Logan, que ha colaborado como guionista en el proyecto y destaca cómo el filme “trata de la humanidad que nunca pierde su sentido del humor, pese a las calamidades del mundo”.

La película realiza también una crítica al cambio climático, ya que el filme arranca cuando un fenómeno cósmico causado por el hombre con al extracción de petróleo en el Círculo Ártico desvía los polos terráqueos de su eje, alterando su movimiento de rotación. Un mensaje que caló en Cannes, donde el filme abrió la última edición e hizo reflexionar de cara a lo que está por venir. En ese sentido, Jarmusch, que ha sido premiado en varias ocasiones en el festival francés, con películas como Extraños en el paraíso (1984) o Flores rotas (2005), fue crítico: “Puedo ser optimista sobre el futuro del mundo solo cuando pienso en el potencial y en el vigor de los adolescentes. Pero el tiempo se acaba. Mi corazón está con la gente joven, gente que ha hecho de esta su principal preocupación por su amor al planeta y a la vida”, enfatizó.

Apuesta por ‘la noche americana’ Gran parte de la historia se desarrolla durante la noche y de cara al rodaje, el equipo de fotografía asumió el reto de grabarlo en noche america -técnica por la cual se simulan escenas nocturnas grabándolas de día y con retoques en postproducción-. Un trabajo digital que se combina con los efectos mecánicos que recrean las matanzas y baños de sangre de la película. Y es que para recrear la batalla y matanza entre lugareños y zombis, se crearon bustos originales de cada actor. Y la respuesta a quién termina ganando espera en las salas de cine.