Hace muchos años, cuando empecé a dar clases de informática, utilizábamos la palabra software para definir la parte lógica de los ordenadores, o más sencillamente, los programas que hacían que aquellos trastos metálicos nos permitieran escribir un documento o desarrollar una hoja de cálculo. Las empresas que desarrollaban software se podían contar con los dedos y conocíamos el nombre de casi todas las aplicaciones informáticas que existían en todo el mundo. IBM, Bull, NCR, Compaq, Olivetti o Nixdorf eran las marcas referencia en los años 80 de desarrollo de software. En la actualidad los programas han evolucionado y el software está virando a ser utilizado en forma de apps en lugar de programas. Puede que pienses que las apps son de uso exclusivo para los teléfonos o las tabletas, pero recuerda que tenemos apps en las SmartTV o en nuestros portátiles.

Si nos vamos a la estadística podemos ver que aproximadamente el año pasado existían 8 millones de aplicaciones en Google Play, 2,2 millones en el AppleStore, 700.000 en la tienda de Microsoft y seguro que te sorprenderá que hay 600.000 aplicaciones en la tienda de Amazon, la gran desconocida por parte de muchos usuarios. Puede que estas cifras te resulten exageradas, sobre todo si tenemos en cuenta que aunque tenemos nuestros teléfonos llenos de apps, solamente utilizamos una media de 9 aplicaciones de forma habitual. Tenemos en nuestras manos un Ferrari que solo utilizamos para ir y venir del kiosco de prensa los domingos. Las apps más descargadas y utilizadas son WhatsApp, Facebook Messenger, Instagram, Facebook, Spotify, Youtube, Gmail o correo electrónico y una serie de juegos que seguro que imaginas cuáles son. Seguro que si revisas ahora mismo tu teléfono, dentro de ajustes, en la sección aplicaciones, tienes una lista de apps que llevan el siguiente texto, no ha sido utilizada nunca o llevas meses sin utilizar.

para todo Tenemos apps para absolutamente todo, para salud y bienestar, ocio y descanso, deportes y aficiones, música, vídeos o hasta para organizar una boda o buscar nombre a una niña. Pero tenemos que aprender a analizar y descubrir cuál es la mejor entre ese mar de aplicaciones que son las tiendas on line. Acudir a los blogs, ver las opiniones de los usuarios y sobre todo, desconfiar de aquellas que resulten sospechosas o inverosímiles. La manera más sencilla de introducir un malware que espíe nuestro smartphone es a través de apps que no han pasado los filtros de seguridad de las tiendas. Se está haciendo cada día una gran labor en identificar y eliminar estas aplicaciones potencialmente peligrosas por parte de Google y Apple, pero como siempre el sentido común es quien mejor nos puede ayudar.

Puede dar la impresión que el mercado de las apps, está saturado, pero nada más lejos de la realidad. La mayoría de las compañías que ofertan servicios deberían animarse a tener una app que ayudara a sus clientes a comprar. Un error en el que se cae es el de convertir la página web en una app, que no ofrece ninguna utilidad diferente. Las webs tienen que estar preparadas para funcionar con los navegadores de los móviles pero las apps tienen que ofrecer algo adicional, una utilidad que nos permita usarla en cualquier lugar, a cualquier hora y desde cualquier dispositivo móvil. Aprendamos más sobre las aplicaciones y sacaremos mucho más partido a una herramienta fantástica que es nuestro teléfono móvil.

@juandelaherran