El sector de la construcción tiene ante sí una gran oportunidad para incrementar su competitividad y avanzar en su reconversión de la mano de la innovación y de la aplicación de técnicas basadas en la sostenibilidad.

La construcción de edificios provoca un gran impacto ambiental, siendo el causante de entre el 35% y el 50% del total de emisiones de CO2 a la atmósfera. Una cifra a tener muy en cuenta a la hora de edificar, y con una solución que está en manos de todos los implicados en el sistema constructivo. Apostar por la construcción sostenible es el primer paso que hay que dar.

Este nuevo modelo se apoya en el Análisis del ciclo de vida (ACV), un método que facilita la toma de decisiones por parte de las empresas de construcción con vistas a la planificación de estrategias de ecoeficiencia, la identificación de oportunidades para mejorar los impactos medioambientales, el establecimiento de prioridades para el diseño ecológico, la selección adecuada de proveedores de materiales constructivos y equipos energéticos, así como el establecimiento de un sistema de gestión de residuos de la construcción, entre otros aspectos.

La eficiencia energética del edificio es fundamental, lo que se entiende por encontrarse dentro de unos parámetros conocidos como clasificación energética, y que indican el nivel de eficiencia de la vivienda.

Para que un edificio esté dentro de esos parámetros hay que tener en cuenta diversos aspectos como el uso de sistemas eficientes de calefacción: el aislamiento de las ventanas que ayude a la conservación del frío y el calor; el uso de sistemas de energía renovables que permitan ahorrar energía y reducir emisiones directas de CO2; y, la orientación del edifico para el aprovechamiento de la luz natural y orientación.

Materiales

La tendencia en la construcción sostenible es crear edificios que en su etapa de desarrollo y uso gasten lo mínimo posible, a través de la utilización de materiales cuya producción y uso no acareen problemas para el medioambiente.

Esta modalidad recibe el nombre de Passivhaus, estándar de construcción nacido en Alemania en 1991 para Edificios de Energía Casi Nula.

Pero no solo es importante utilizar materiales de bajo impacto y minimizar las emisiones en la construcción, sino también tener en cuenta las toneladas de CO2 que inevitablemente se producen y compensarlas a través de alguno de los diferentes programas de compensación de emisiones de CO2 que existen. A todo ello se le uno otro de los pilares de la construcción sostenible, incentivar su reciclaje.

La utilización de materiales reciclados soluciona al mismo tiempo el aprovechamiento de residuos desechados que dan lugar a una nueva materia prima, y la reducción de la cantidad de recursos naturales primarios a extraer.

En líneas generales, un mayor control en la edificación ayudará, de forma significativa, a producir menos contaminación y residuos, contribuyendo a frenar el cambio climático.