La construcción industrializada se presenta como la alternativa a la construcción tradicional, un modelo que se basa fundamentalmente en la producción en taller de los diferentes componentes que luego serán ensamblados en obra, lo que se conoce también por construcción offsite.

Diferentes agentes de la cadena de valor del sector ven con muchas posibilidades este nuevo modelo de trabajo, un sistema que definen como seguro, rápido y sostenible.

Las ventajas que argumentan son muchas, y entre ellas está la climatología, que condiciona la manera de trabajar en Euskadi, y también la mayor seguridad de los operarios al realizarse los procesos en un entorno controlado.

El modelo consiste, por tanto, en trasladar de fábrica la máxima producción de elementos que van a dar forma al edificio terminado.

La calidad del proceso y del material son otros dos pilares que caracterizan este modelo.

Sobre las herramientas a las que se recurre, la construcción de viviendas industrializadas se apoya en la conocida metodología BIM y otras vías de automatización de procesos para mejorar, entre otras cosas, el control de la obra. Además, emplea un hormigón de calidad superior al que utiliza el sistema tradicional.

Otro de los argumentos que avalan una mayor calidad del modelo es que las piezas se elaboren en instalaciones ‘bajo techo’ para evitar las inclemencias del tiempo y con ellas los daños relacionados por la humedad y el moho.

LOS PLAZOS DE TRABAJO

Uno de los grandes atractivos que ofrece la construcción preindustrial es cumplir con los plazos de obra previstos. Ello se debe a que permite realizar de forma simultánea trabajos que dentro de una obra tradicional tendrían que realizarse en secuencias, lo que ocasiones en numerosas ocasiones importantes retrasos.

Las obras sobre el terreno son mucho menos vulnerables a dichos retrasos por circunstancias extraordinarias, al producirse una mayor sincronía entre los trabajos de ingeniería y de obra.

PRODUCTIVIDAD Y SEGURIDAD

La especialización de los equipos es otro aspecto fundamental de la construcción industrializada de viviendas prefabricadas.

Los trabajadores son expertos en las labores que realizan, lo que representa eficacia en la producción, al tiempo que precisan de la maquinaria oportuna.

SOSTENIBILIDAD

El aumento de la optimización y eficacia también tiene que ver con la sostenibilidad. Cuando se proceden elementos en serie, el desperdicio de material y trabajo humano se reduce al máximo, ya que para cada fase de la fabricación se emplean materiales y mano de obra prevista con antelación.

El desperdicio de material es una de las grandes preocupaciones en el sector de los edificios, ya que el precio de las materias primas cada vez es mayor debido a una escasez cada vez mayor de recursos terrestres. Además, los residuos en el solar muy rara vez son separados y gestionados adecuadamente para su reciclaje y es complicado llevar un control de estos.

Sin duda, se trata de un aspecto clave en la construcción del siglo XXI. En este sentido, optar por la prefabricación es apostar por la reducción del uso de materias primas, residuos y emisión de gases de efecto invernadero.

Los excedentes se pueden reciclar para otros proyectos e incluso hay elementos que se pueden diseñar para montarlos, desmontarlos pasado un tiempo e instalarlos en otra ubicación.

Por último, cabe hablar de la flexibilidad del modelo de diseño prefabricado, al dar la oportunidad de incluir elementos adaptables para usos a largo plazo.