Del mismo modo que los particulares se ven afectados por los diferentes ataques como phishing o ransomware, estas agresiones también representan todo un desafío para las pymes, al ser un tipo de engaño que cada vez va a más. Las bandas organizadas están super posicionadas en Internet, lo que lleva a pensar en un aumento de cara al futuro.

El componente industrial es una realidad en el tejido empresarial vasco y también la mayor conectividad que existe hoy entre departamentos (dirección, OT, producción...), con conexiones abiertas para mantenimientos remotos, lo que invita a pensar que cada vez más empresas se puedan ver afectadas por algún tipo de agresión digital, llegando en ocasiones a afectar a la producción.

No hay duda de que la empresa que tecnológicamente no esté reciclada se va a quedar atrás en la competitividad de su sector, lo que implica una mayor digitalización. Pero hay que tomarse en serio lo que está ocurriendo, dejarse aconsejar, invertir en seguridad y a nivel de concienciación formar a la plantilla en unas prácticas correctas.