El hotel en Bizkaia que Forbes recomienda visitar al menos una vez en la vida

Forbes ha incluidoel Palacio Arriluce entre los 20 hoteles del mundo que hay que visitar al menos una vez en la vida. Originalmente construido en 1912 como el primer palacete familiar de Neguri, el edificio ha sido cuidadosamente rehabilitado para transformarse en un hotel de referencia dentro de la colección Leading Hotels of the World.

Conserva sus jardines, su arquitectura elegante y sus rincones artísticos, con los cuadros y grabados de Sonia Delaunay que abarcan cada una de sus estancias. Con 49 habitaciones y suites, el hotel se ha hecho un hueco en el turismo de lujo moderno.

La gastronomía ocupa un lugar central. Bajo la dirección del chef Beñat Ormaetxea, el restaurante del Arriluce se esfuerza por "rendir homenaje al producto local vasco y a la identidad de su entorno. Cada uno de sus platos traslada el talento y calidad local con un toque innovador, vanguardista y el mejor maridaje".

Desayunos frente al mar

La creadora gastronómica @gingerinbilbao capturó en video la experiencia que ofrece el Palacio Arriluce en sus mañanas: “Desayunar frente al mar tiene algo casi terapéutico”, comenta al inicio. Ella lo define como un hotel de 5 estrellas que combina historia y elegancia. “Forbes lo ha incluido entre los 20 hoteles del mundo que hay que visitar al menos una vez en la vida”, puntualiza, y asegura que al entrar al restaurante “lo entiendes”.

El desayuno en el Palacio Arriluce es una experiencia pensada para disfrutarse con calma. “Una mesa que invita a empezar el día con calma, sin prisas y disfrutando del mar”, relata la influencer. La oferta se estructura en un buffet con quesos, ibéricos, fruta fresca, bollería y tartas caseras, todos vinculados al territorio y de cercanía. Pero además, hay una carta de platos elaborados al momento: ella optó por clásicos como los huevos benedictinos y por propuestas más contemporáneas como el Asian Brunch, con salmón marinado, aguacate, crema fresca y huevas.

Un detalle a destacar es que aunque no estés alojado, el hotel permite disfrutar de este desayuno de 65 euros con reserva previa, lo que abre la experiencia al público local y visitante.

Un palacio lleno de arte

La historia del edificio es tan relevante como su rehabilitación. Conserva elementos originales como el parquet que pisaron los antiguos marqueses del lugar y la distribución arquitectónica inicial, pero integrando instalaciones modernas. En su restauración se cuidó la fusión entre la arquitectura original y la funcionalidad moderna y sus necesidades. Así, cada habitación está dotada de identidad propia, con obras de arte, diseño cuidado y vistas al Cantábrico o a jardines interiores.

El hotel incluye además espacios como piscina exterior con vistas al mar, spa y zona wellness, campo de criquet (reflejando su herencia aristocrática británica), biblioteca con tomos históricos y espacios para eventos.

El Palacio Arriluce se consolida así como un referente del lujo vasco: historia, arte y gastronomía frente al Cantábrico, en un hotel que invita a vivir una experiencia única a escasos minutos de Bilbao.