Boise es rica en paisajes naturales, lo que la convierte en un destino sorprendente para los amantes del senderismo. La capital de Idaho se encuentra al oeste del Estado, junto al río Boise y al pie de las Montañas Rocosas, una localización inigualable donde se respira aire puro entre ríos, colinas, senderos y zonas verdes.

La ciudad se ubica dentro del área conocida como Treasure Valley, o Valle del Tesoro, una zona donde se unen los ríos Payette, Boise, Weiser, Malheur, Owyhee y Burnt. Todos ellos acaban desembocando sus caudales en el río Snake, un nombre que proviene de un malentendido entre los primeros exploradores europeos y los pueblos indígenas de la región. Al ver a los nativos hacer un gesto con la mano en forma de ‘S’, los exploradores lo interpretaron como una referencia a una serpiente. Sin embargo, ese gesto en realidad significaba ‘gente del río’, haciendo alusión a su modus vivendi. Un sistema fluvial cuya riqueza ha influido en la explotación del suelo, en las actividades agrícolas y en la organización y prosperidad del territorio.

Los primeros exploradores europeos y los pueblos indígenas de la región. Al ver a los nativos hacer un gesto con la mano en forma de ‘S’, los exploradores lo interpretaron como una referencia a una serpiente

A través del río Boise, que cruza la ciudad de este a oeste, se extiende el Boise River Greenbelt, una red de caminos peatonales y ciclovías de unos 40 kilómetros y que es utilizada a diario por personas que caminan, van en bicicleta o pescan. Cerca del centro urbano, locales y turistas disfrutan con el mismo entusiasmo del Lucky Peak State Park, un parque estatal que ofrece un embalse, zonas de descanso, caminos y áreas para navegar o nadar. Su acceso por carretera es directo y es frecuentado durante los meses de verano por personas que desean conectar con la naturaleza y disfrutar de la tranquilidad, cerca del agua o practicando alguna actividad física.

Los alrededores de Boise ofrecen estampas tan idílicas como esta. Unsplash

El terreno que rodea a Boise también incluye las llamadas Boise Foothills, unas colinas que se extienden desde la ciudad de Eagle al norte hasta el embalse Lucky Peak al sur. Son parte de la franja frontal de las Montañas Rocosas y representan una transición natural entre el valle árido aledaño al río Boise y las cumbres boscosas de la sierra. Hay caminos señalizados que permiten recorrerlas a pie o en bicicleta y de esta manera, acceder a los puntos más altos o a zonas menos transitadas. Desde sus cumbres es posible observar a menudo animales o disfrutar de unas vistas infinitas del valle.

Los picos escarpados de la Cordillera Sawtoot, en el centro de Idaho. Unsplash

La riqueza natural de Idaho extiende sus encantos más allá de su capital. Una de estas zonas naturales de impactante belleza es el Craters of the Moon National Monument, un área de origen volcánico con campos de lava. Otra es el Sawtooth National Recreation Area, con lagos, bosques y montañas. Ambos lugares están a pocas horas en coche desde Boise.

La agricultura tiene peso

La agricultura, la silvicultura, la minería y la ganadería de Idaho forman parte de su historia. En especial, el pastoreo de ovejas generó durante décadas una fuerte demanda de trabajo atrayendo a muchas personas migrantes. De ahí que, actualmente, el turismo vinculado a la naturaleza sea otra de las actividades económicas del país. Existen estaciones de esquí, rutas de senderismo, espacios para la pesca o el rafting, campamentos y alojamientos rurales. Una de las zonas más conocidas es Sun Valley, que recibe a personas de distintos lugares del Estado, sobre todo en invierno.

Table Rock, un conocido punto panorámico en lo alto de Boise. Unsplash

Cabe destacar que los espacios naturales que rodean Boise no solo cumplen una función recreativa, sino que forman parte del día a día de la ciudadanía. Algunas rutas comienzan en los barrios de la ciudad y otras cruzan zonas con uso agrícola o forestal, lo que permite a muchas personas acceder a la naturaleza sin necesidad de realizar desplazamientos largos. Y es que aunque Boise sea ciudad, capital y un referente de modernidad, sigue manteniendo un vínculo estrecho con su entorno natural que tanto enamora.