Tres días después de perder la mayoría absoluta en la Asamblea francesa, el presidente, Emmanuel Macron, rompió ayer su silencio para dirigirse al país en un discurso televisivo en el que reconoció que el país sufre una “fractura y una profunda división” tras las elecciones presidenciales de abril y de las legislativas del pasado domingo.

“La mayoría presidencial debe expandirse. Debemos aprender colectivamente a gobernar y legislar de manera diferente. Construyendo nuevos compromisos, a través del diálogo, la escucha y el respeto”, señaló Macron que rechazó la idea de un gobierno de unidad.

El presidente galo prefiere alcanzar acuerdos puntuales con los conservadores o los socialistas descartando por tanto a Marine Le Pen y al propio Mélenchon. “La mayoría de los líderes han descartado un gobierno de unidad. Y un gobierno de unidad nacional no se justifica hasta ahora. Muchos líderes han expresado su deseo de actuar en temas importantes, como el poder adquisitivo o la seguridad. Por tanto, es posible encontrar una mayoría más amplia y clara para actuar”. Emmanuel Macron pasó el balón al tejado de la oposición advirtiendo que “corresponde a los grupos políticos decir con total transparencia hasta dónde están dispuestos a llegar”.

Líneas rojas

El presidente también recordó que “no desea perder nunca la coherencia del proyecto que eligieron los franceses el 24 de abril, que implica una industria más potente, progreso social y ecológico, progreso en seguridad y justicia”.

Y, por último, advirtió: “Tras el verano habrá que tomar medidas de emergencia, entre ellas una ley de poder adquisitivo, para mitigar los efectos de la inflación, pero todo este progreso no se puede financiar ni con más impuestos ni con más deuda. Nuestro país necesita reformas ambiciosas”.

Por la mañana, Macron finalizó la ronda de encuentros con los jefes de los partidos políticos que había comenzado el martes, recibiendo al responsable de los ecologistas, Julien Bayou, que descartó formar parte en una coalición con la mayoría presidencial porque “no hay confianza en este Gobierno”.

Moción de censura

Bayou dijo que “para cada texto, votaremos en función de la idea que nos hacemos del interés del país”. Contó que Macron le había preguntado cuál sería su actitud si hubiera una moción de censura como la anunciada por Mélenchon y que su respuesta fue que los Verdes estarán “en la oposición”.

La moción de censura es una eventualidad planteada por varios responsables de LFI, que se presentaron a las elecciones legislativas en una coalición (NUPES) en la que estaban asociados los ecologistas, el Partido Comunista Francés (PCF) y el Partido Socialista (PS).

La Nueva Unión Popular Ecológica y Social (NUPES) no se ha pronunciado como tal sobre esa posible moción de censura contra el Ejecutivo de la primera ministra, Elisabeth Borne, a la que el martes reafirmó en el puesto Macron después de que le presentara la dimisión.

Por el Elíseo pasó en representación de LFI el diputado Adrien Quatennens, que además de subrayar en declaraciones a los medios que no darán apoyo al Gobierno y no formarán parte de ninguna coalición, hizo hincapié en que después de las elecciones del domingo “no hay mayoría para adoptar el programa de maltrato social de Macron”.

Quatennens indicó que los resultados electorales “no pueden no tener consecuencias para el dispositivo gubernamental”, y que en primer lugar Borne “debe someterse a un voto de confianza” una vez que se constituya la nueva Asamblea Nacional.

El jefe del Estado finalizó la ronda de contactos con el que fue su primer ministro y actual presidente del partido Horizontes, Edouard Philippe, quien afirmó que hay que buscar la constitución de una “gran coalición” que permita dar una “estabilidad política”.

En corto

Sin mayoría

A 44 escaños. El bloque macronista se quedó a 44 diputados de la mayoría absoluta. El segundo en número fue la alianza de izquierdas liderada por Jean-Luc Mélenchon, que tuvo 131 diputados, y en tercera posición la extrema derecha de Marine Le Pen, con 89 escaños..

Conservadores

61 asientos. Los principales guiños de Macron, hasta ahora, se han dirigido a la derecha tradicional, Los Republicanos (LR), que perdieron la mitad de su representación parlamentaria pero conservó 61 asientos. Su líder, Christian Jacob, dejó abierta la puerta a acuerdos puntuales en leyes concretas tras reunirse el pasado martes con el presidente, pero insistió en que se mantendrán en la oposición. Los socialistas también se han mostrado proclives al entendimiento.