- La coalición de derechas de Italia, la de los partidos de Silvio Berlusconi, Matteo Salvini o Giorgia Meloni, quedó ayer tocada tras fracasar en su intento de elegir como jefa de Estado a la actual presidenta del Senado, Elisabetta Alberti Casellati, ya que obtuvo muchos menos votos de los esperados.

Era la primera vez que estos tres partidos, Forza Italia y los ultraderechistas Liga y Hermanos de Italia, escribían un nombre concreto en las papeletas de la votación que desde el lunes tienen lugar en el Parlamento para elegir nuevo presidente de la República.

Aunque contaban, en principio, con unos 440 escaños, junto a otras pequeñas formaciones conservadoras y democristianas, al final la candidatura de Casellati obtuvo solo 382 votos, unos sesenta menos de los que la coalición esperaba y que no han seguido la disciplina de partido amparándose en el voto anónimo.

El Parlamento italiano, reunido en sesión conjunta desde el pasado lunes, con 1.009 “grandes electores” (630 diputados, 321 senadores y 58 delegados regionales) debe elegir al sucesor de Sergio Mattarella en la presidencia de la República para los próximos siete años.

Salvini, que se encarga de liderar la coalición durante la elección presidencial, se apresuró a aclarar que los 209 votos de su Liga habían ido “compactos” para Casellati, al igual que Meloni, que criticó a otras formaciones de la derecha, sin dar nombres, por “trabajar para impedir” un jefe de Estado conservador.

El dedo acusador fue el del diputado Vittorio Sgarbi, que aseguró que los principales sospechosos eran algunos electores de Forza Italia y sobre todo los “nuevos amigos de Cambiamo!”, el partido del gobernador de Liguria (norte), Giovanni Toti, con 29 escaños. Este dijo que la coalición “no es un matrimonio entre personas que se han jurado por fuerza vivir juntos”, sino una alianza “con muchas sensibilidades que deben ser tenidas en cuenta”.

En los últimos días, los analistas venían alertando de grietas en la coalición, que gobierna en quince de las veinte regiones del país, sobre todo por su liderazgo debido al ocaso de Berlusconi, hospitalizado en Milán (norte). Tal es así que hace unos días propusieron tres candidatos, en vez de uno -la exalcaldesa de Milán, Letizia Moratti, el fiscal Carlo Nordio y el filósofo conservador y político Marcello Pera-, aunque los dejaron de lado ante el inmediato rechazo de la izquierda.

Además Salvini, que en el último lustro ha sido el político que más ha crecido, va a la baja en las encuestas mientras que Meloni sigue la senda contraria, como único partido que hace oposición al Gobierno de unidad nacional dirigido por Mario Draghi.

Tras este varapalo, crece el hastío en la derecha pues está condenada a acercar posturas con la izquierda, ya que ningún bloque suma por sí solo.

Rechazo. El Tribunal Supremo de Italia rechazó ayer extraditar a Venezuela a Rafael Ramírez, que fue director de la petrolera estatal venezolana PDVSA entre 2004 y 2013 y exministro de Petróleo del presidente Hugo Chávez (1999-2013), informó su abogado, Roberto De Vita. El Supremo reconoció le este modo “la necesidad de protección internacional por la violación de los derechos humanos en Venezuela”. Ramírez fue un firme colaborador de Chávez y diseñó la política petrolera venezolana hasta que fue relevado al frente de PDVSA en 2013 por el presidente Nicolás Maduro, a quien ha acusado de “traicionar el legado” del fundador de la llamada revolución bolivariana.