HEMOS asistido a una etapa caótica. El Tour de Francia no perdona a nadie. Otro día superpeligroso, con numerosas caídas que se han cobrado varias víctimas. El recorrido ha sido una auténtica gincana, más si cabe para una etapa llana con final para el esprint. Se percibía el peligro porque se ha volado. Llevábamos el viento a favor. La tensión ha emergido nuevamente y eso es sinónimo de caídas y caos. Mucha gente se ha está haciendo daño. La peor parte se la han llevado Gesink, Ewan y Haig, que se han tenido que ir para casa. Roglic también ha salido perjudicado. Veremos qué ocurre en los próximos días, pero el comienzo del Tour está siendo realmente duro en ese aspecto. Es una carrera de supervivencia. Esto es lo que tiene la primera semana de la carrera francesa. Se trata de salir ileso. No es fácil porque se rueda muy rápido y con muchísimo estrés. El final ha sido un caos nuevamente. El Alpecin ha jugado sus cartas de maravilla. Ha gestionando muy bien los últimos kilómetros. Se han llevado el triunfo con Merlier y Van der Poel sigue en el liderato. Así que para ellos, este comienzo de Tour está siendo realmente bueno. En lo personal, he decidido reservar fuerzas. Además vista como iba la etapa, me he situado en la parte trasera del pelotón para evitar riesgos. De momento se trata de pasar los días sin percances. Esa es la máxima ahora mismo. El hecho de acabar sin problemas en días así es un triunfo.