"La clave fue estar en la fuga de la fuga... ja, ja, ja”, rememora con humor Chente Carcía Acosta desde el Dauphiné, donde dirige al Movistar, su victoria en el Tour de Francia, un logro “que no se me va a olvidar en la vida. Eso ocurre con todas las victorias, personalmente todas te llenan, pero, evidentemente, ganar en el Tour queda en la memoria de la gente”, considera el navarro.

La fuga de la fuga es un lema, como aquel de “el concepto es el concepto” de Manuel Manquiña en Airbag. El ciclista navarro, un gregario de lujo, encontró el lugar idóneo para hacer palanca y llevarse un triunfo que aún le recuerdan cuando asoma por Francia. “Hay gente que me dice: ya, ya, me acuerdo, ganaste el 14 de julio”. Ese día se conmemora la fiesta nacional francesa, la toma de la Bastilla. Una jornada marcada en rojo para el Tour y para los ciclistas galos. 

En ese ambiente festivo, Chente García Acosta se encumbró haciendo bueno aquello de la fuga de la fuga. “La escapada tardó mucho en hacerse, unos 80 kilómetros. Entramos 14 tíos en el grupo. En los grupos grandes, ya se sabe, se trata de ahorrar para luego poder tener más opciones”.

Al navarro el plan le estaba saliendo perfecto. “Tenía buenas piernas y no había gastado mucho para dar con la fuga buena. A veces eliges un corte y no es el bueno. La suerte también cuenta en días así”, destaca Chente. Era evidente que una fuga tan numerosa no era el escenario idóneo. El navarro agitó la carrera. Sus compañeros de fuga fueron cayendo, agrietados en un día de mucho calor. 

“Era uno de esos días muy del Tour”. Cuando restaban 50 kilómetros para meta, Nicolas Jalabert y Pascal Hervé formaban el trío con Chente. “Los dos iban tocados. Eso se nota. Me quedé con Jalabert, pero en un repecho apreté y vi que iba muerto”, describe el rodador navarro. Restaban una docena de kilómetros para Draguignan y Chente arranca con todo. Se va en solitario. Jalabert no puede rastrearle.

El navarro se dispara hacia la victoria en solitario. “Gané el 14 de julio y llevaba el dorsal 14. Hay veces que todo cuadra y te sale perfecto y otras veces que llevas las mismas piernas, pero no te acompaña la suerte o eliges, sin quererlo, mal el cuerpo. Ese día todo me salió rodado. Iba como un tiro”, resume Chente García Acosta, un chupinazo en el fiesta nacional francesa.