DÍA para jugar al ajedrez tanto para la general como para la etapa, que ha logrado Houle. Ha sido muy emotiva su victoria. Casi todo el mundo ha movido piezas para conseguir algo. Vlasov se ha fugado para mejorar su clasificación. Le ha salido bien. Es un movimiento clásico entre ciclistas que están cerca del top-10 pero a los que nadie les presta demasiada atención. El Movistar debería hacer algo así si quieren que Enric Mas avance. Es posible que alguno de los que tiene delante pueda fallar, pero también que alguien que está detrás avance. En cuanto a Vingegaard y Pogacar, los dos hombres más fuertes de este Tour, han mandado a gente hacia delante. Unos, el Jumbo, para defender; y otros, el UAE, para atacar. El equipo del líder ha corrido perfecto. Primero han controlado y luego, sin peligro para el líder, ha entrado en acción Van Aert, que estaba en la fuga. El belga es sin discusión el mejor gregario del mundo cuando se pone a ello. Se ha metido en la escapada, ha pasado los dos puertos y ha esperado la llegada de Vingegaard junto a Kuss. En ese aspecto, lo han hecho muy bien. Han movida las fichas perfectas. Ya no queda tanto Tour y las posiciones parecen fijarse. Por la victoria lucharán Vingegaard y Pogacar. El esloveno tiene muchas ganas de hacer daño al líder, pero veo al danés muy fuerte. No le acaba de soltar. Si esto sigue así, el Tour no se decidirá hasta la crono final, antes del paseo en París. La lucha del podio si parece estar más abierta entre Thomas, Quintana, Gaudu o Yates. En cualquier caso, el Tour está bastante definido. Por ejemplo, Bardet se queda lejos tras un mal día.

El autor es exciclista de Once, Euskaltel-Euskadi y Liberty y director del Grupo Eulen.